Muchas cosas que compramos hoy en día traen pegatinas que se resisten a desaparecer, como aparatos electrónicos, copas o juguetes. Algunas veces es preferible incluso dejarla puesta que intentar retirarla, puesto que el resultado suele quedar peor, y para colmo nos estropeamos las uñas y arañamos el objeto en cuestión. ¿Cómo quitar los restos de pegamento sin desesperarte?
Las pegatinas están por todas partes. En las piezas de un mueble para montar, en la vajilla de la cocina, en el espejo que acabas de comprar, en el coche, en las gafas de sol, en un libro que quieres regalar… La lista no tiene fin.
Hay quienes prueban a quitarlas muy lentamente, pero la pegatina suele resquebrajarse y entonces vienen los problemas. También hay quien intenta lavarla con jabón y estropajo, pero por mucha agua caliente que le des rara vez sale todo el pegamento. Entonces, ¿qué hacemos? Hay trucos, según el material.
Una de las superficies que más se resisten a la hora de quitar el pegamento es el cristal, puesto que se daña con mucha facilidad.
En la vajilla, cuando la pegatina no es de las complicadas, a veces es mejor meter un vaso al lavavajillas para que salga con el jabón y el calor del lavado, pero esto no siempre funciona.
El truco es usar disolvente, pero ojo si llevas las uñas pintadas o tienes una herida en un dedo. Algunos que puedes tener por casa son aguarrás, quitaesmalte con acetona, laca para el pelo o un desengrasante como el KH-7. También puedes usar alcohol del botiquín. Echa el líquido en la superficie y deja actuar unos minutos. Después de un rato, usa un rascador o un estropajo y frota sin hacer fuerza para no arañar el cristal.
El plástico no es el material más complicado, pero sí es uno a los que el pegamento se adhiere más eficientemente. El truco más habitual y que suele funcionar es echar agua lo más caliente posible, pero si la pegatina lleva mucho tiempo pegada es probable que no salga.
Prueba con una mezcla de vinagro blanco, con agua caliente y un chorro de habón. Sumerge el objeto en el potingue o, si es muy grande, rocíalo sobre él. Deja actuar un buen rato y frota con una esponja (con cuidado de no dañarlo). Si no se despega del todo repite la operación y prueba esta vez a quitar los restos de pegamento con una cuchilla.
Para quitar una pegatina del metal puede que tengas que intentarlo varias veces. Pero salir, saldrá. Moja el objeto con agua muy caliente y arrastra el pegamento con una cuchilla o rascador. Si no sale, repite añadiendo un poco de alcohol y frota con un paño seco.
Con la madera hay que tener cuidado. Si has comprobado que el objeto se puede mojar, utiliza una esponja o estropajo suave y rasca con agua muy caliente. Si con agua no sale, añade un poco de jabón de limpiar los platos.
Antes de intentar limpiar la parte de la madera que se ve, por ejemplo en una silla o un marco de fotos, puedes probar en una zona del objeto que se vea menos, para comprobar que el agua no daña el color.
Si el pegamento en la madera se resiste mucho puedes utilizar un disolvente, pero es menos aconsejable.
Para retirar los restos de adhesivos de la ropa puedes hacer varias cosas, su efectividad depende mucho del material. En algunas prendas basta con echar detergente directamente sobre la mancha y dejar actuar varias horas, lavándolo después a una temperatura más o menos caliente.
Si así no sale, mezcla vinagre blanco y agua fría en un barreño y sumerge la prenda unos minutos. Después, métela en la lavadora en un programa con agua fría.
En objetos especialmente delicados, en los que da miedo siquiera intentar quitar la pegatina o sus restos, aplica agua caliente o dale calor directamente con un secador.
En el caso de las copas, que se rompen con facilidad con el calor si son muy finas, echa un poco de aceite e intenta frotar con cuidado con una esponjita que no arañe.