En tiempos de teletrabajo, las herramientas (nuevas y no tan nuevas) para poder conectarnos de forma remota toman un nuevo protagonismo. Es el caso de las conexiones VPN, que existen desde hace tiempo aunque no todos los sectores empresariales hayan hecho uso de ellas. Cada vez más empresas (y también particulares) hacen unos de este tipo de conexión con diferentes finalidades. ¿Cómo funciona y para que sirve una VPN? ¿Cómo conectarse a una VPN?
El concepto de VPN emana de las siglas Virtual Private Network, o lo que es lo mismo, 'Red Privada Virtual'. Así, una conexión VPN nos permite crear una red privada con carácter flexible, de forma que cualquier usuario que sea invitado puede unirse a ella desde cualquier rincón del mundo, a través de Internet. Los integrantes de la red no tienen que estar, por tanto, conectados entre sí.
En un sentido algo más técnico, VPN es una tecnología de red de ordenadores que permite una extensión segura de la red de área local (LAN) sobre una red pública o no controlada (como Internet). Gracias a ella el ordenador en la red podrá enviar y recibir datos sobre redes compartidas o públicas como si fuera una red privada con toda la funcionalidad, seguridad y políticas de gestión de una red privada. Ello es posible realizando una conexión virtual punto a punto mediante el uso de conexiones dedicadas, cifrado o una combinación de ambos métodos.
Las conexiones VPN son utilizadas especialmente en entornos empresariales, siendo una herramienta clave para el teletrabajo. Una VPN permite la conectividad entre empleados situados en cualquier lugar, por remoto que sea, siempre que éste cuente con las credenciales necesarias y tenga conexión a Internet, es decir, permite la interconectividad entre redes que no están físicamente conectadas. Así, la VPN permite a los trabajadores que viajan seguir trabajando para sus empresas. Lo mismo se aplica a las empresas que cuentan con oficinas o sucursales en distintos puntos geográficos y que necesitan la interconectividad de una red privada única para todas ellas.
Aunque la conectividad de trabajadores es la función más común de la conexión VPN, existen otros usos. Estas conexiones son útiles, por ejemplo, para evitar la censura y bloqueos geográficos de contenido, ya que permiten falsear el lugar en que te encuentras. En otras palabras, aunque te encuentres físicamente en China, si el servidor VPN al que te conectas está situado en otro país, normalmente los servidores web interpretarán que te encuentras en dicho país y te tratarán como tal.
Además, estas conexiones añaden una capa extra de seguridad a tus transacciones (por ejemplo, si te conectas desde una Wifi pública), siempre y cuando tu VPN sea lo bastante segura y confíes en ella (también es posible sufrir ataques y robos en una VPN).
En general, una VPN presenta grandes ventajas, como la facilidad de uso, la posibilidad de conectarse desde cualquier aplicación, su seguridad adicional en puntos de acceso WiFi (siempre que la conexión esté cifrada)...
Conectarse a una VPN es muy sencillo: lo permite cualquier sistema operativo y basta con tener conexión a Internet y contar los datos de acceso que debe facilitarte tu empresa (o tu proveedor de VPN, si se trata de una red propia): dirección del servidor, tipo de VPN y claves de acceso.
En general, si eres usuario de Windows podrás configurar tu VPN desde el 'Centro de Redes y Recursos Compartidos', 'Red e Internet’ o similar, creando una nueva conexión y rellenando la información necesaria.
Si trabajas con Mac, tendrás que acceder a 'Preferencias del sistema' y configurar tu nueva VPN desde el apartado ‘Red’ o similar. En general, este proceso es similar en todos los casos y tu proveedor o empresa deberá facilitarte información completa para poder acceder a tu VPN desde cualquier dispositivo y sistema operativo.