Este martes, 13 de julio, podría producirse una tormenta geomagnética a medida que la Tierra atraviesa una rápida corriente de viento solar.
Los pronosticadores de la NOAA predicen un posible evento de clase G1, de categoría ‘menor’, a medida que impacta en nuestro planeta una eyección de masa coronal emitida por “un agujero ecuatorial en la atmósfera del Sol”, lo describe el portal especializado ‘Spaceweather’, que fue detectado por primera vez el 3 de julio.
La feroz tormenta solar podría impactar en la Tierra a una velocidad de 500 kilómetros por segundo. El principal efecto de una alteración en el campo geomagnético de la Tierra sería la aparición de “auroras de verano en latitudes altas”, pronostican, aunque en ocasiones estos eventos tienen más consecuencias.
Hace unas semanas, por ejemplo, una poderosa llamarada solar provocó un apagón sobre el Atlántico. La energía y el material del plasma solar eyectados durante la erupción solar interactuaron con la magnetosfera y la ionosfera de la Tierra y crearon una tormenta geomagnética. Esto, a su vez, pudo afectar a las comunicaciones de radio de alta frecuencia, puesto que alteró la ionosfera, y pudo impactar en el tráfico aéreo en rutas polares.
Las eyecciones de masa coronal, conocidas por la abreviación CME, por sus siglas en inglés, son grandes expulsiones de plasma y campo magnético de la corona solar. Estas CME se expanden en tamaño a medida que se propagan lejos del Sol y, a veces, alcanzan la Tierra al ser arrastradas por los vientos solares. La NOAA los monitorea por los impactos que pueden causar en la Tierra.