El importe de la electricidad no ha parado de incrementarse el año pasado y son cada vez más los ciudadanos que buscan nuevas opciones para generar la energía que abastezca su hogar sin dejarse una millonada por el camino. Sobre todo desde que el pasado octubre se aprobó el Real Decreto Ley 15/2018 de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, por el que se establece un sistema de libre mercado para autoconsumo excluyendo las barreras administrativas y económicas que pesaban hasta hace pocos meses.
Ascenso de los paneles fotovoltaicos
Según la Unión Española Fotovoltaica, el pasado 2018 se instaló una potencia de 261,7 MW, debido mayoritariamente al incremento de las instalaciones de autoconsumo repartidas en la red para uso agrícola (25%) y en plantas solares sobre el suelo (26 MW). Las cifras son elocuentes, en 2017 fueron 135 MW, 55MW en 2016 y 49 MW un año antes. No obstante, estamos todavía lejos de las instalaciones de países como Alemania y Países, donde se alcanza los 8,5 GW.
A gran escala se están haciendo grandes avances con la energía undimotriz, la que obtiene electricidad a partir de la energía mecánica generada por las olas; desde hace dos años se comercializan aerogeneradores sin aspas, para evitar la muerte de entre seis y 18 millones de aves y murciélagos, según denunciaba SEO BirdLife; y son muchas las compañías que investigan en el almacenamiento a gran escala como las baterías de flujo creadas por científicos de la Universidad de Stanford.
Pero, ¿qué posibilidades tenemos de generar la energía que necesitamos sin contaminar, siendo lo más eficientes posibles y no tener la casa echa unos zorros?
Tejas cerámicas y de vidrio
ZEP B. V., una empresa de origen holandés, ha desarrollado unos paneles solares integrados en tejas cerámicas, idea muy parecida a la generada por Tesla con SolarCity, un techo solar cuyas células fotovoltaicas van encajadas en la cubierta en cuatro estilos diferentes, o a las placas solares de imitación a la pizarra de Acciona que ya cubren algunos techados en España y Portugal.
Los suecos SolTech Energy Sweden acaban de lanzar tejas solares de vidrio transparente cuyo sistema consiste en una base de nylon negro que absorbe el calor del aire que circula por debajo de las tejas. Ese aire pasa a un acumulador y la energía limpia puede ser utilizada para el sistema de agua caliente o como calefacción.
Baldosas inteligentes
Hace dos años, la empresa Pavegen desarrolló las primeras baldosas inteligentes (45x60 centímetros), capaces de generar energía gracias a las pisadas. Cada baldosa, fabricada con materiales reciclados e impermeables, se hunde unos cinco milímetros en el suelo con cada contacto y genera alrededor de ocho vatios, una cantidad que puede multiplicarse hasta el infinito y más allá, si se colocan estratégicamente en lugares con mucha concentración de personas.
Persianas con células solares
Las persianas son un clásico de la arquitectura residencial española, protegen del frío en el invierno y evitan la entrada de calor en verano. Sin embargo, en la actualidad pueden tener un uso mucho más provechoso. El sistema The Solar Blind aprovecha la energía del día a través de las células solares que están adheridas a las lamas de las persianas. Se utilizan mucho en edificios de oficinas, hoteles y restaurantes, pero están pensados para cualquier tipo de construcción. Además de generar electricidad en la estancia, permiten la carga directa de los móviles.
Asfalto energético
En el año 2011, la empresa Tecnalia participó en el Proyecto Pavener con el fin de obtener energía solar integrada en el pavimento asfáltico. Un fluido distribuido a través de tuberías por debajo del asfalto cuyo calentamiento, que puede alcanzar los 70 grados, hace de captador de energía solar. Y no solo tendría uso en aplicaciones de baja temperatura, también evita la congelación de la superficie de las carreteras, una alternativa eco a la sal, que tan perjudicial es para el medioambiente.
Ventanas y vidrio fotovoltaico flexible
Se había intentado con escasa eficacia, pero un equipo de científicos de la Universidad de Michigan han desarrollado paneles solares transparentes, que tendrán una enorme aplicación en la arquitectura del futuro porque se puede utilizar en cualquier superficie ya que está elaborado con moléculas orgánicas invisibles al ojo humano.
Hace dos años se dio a conocer SolarWindow, el primer vidrio fotovoltaico flexible del mundo, que podrá ser utilizado en aquellos edificios o estructuras que por su diseño no permitían la colocación de generadores, incluso se habla de la posibilidad de aplicarlo en automóviles y en aeronaves. Se afirma que este material generará 50 veces más energía que los paneles solares que conocemos en la actualidad.