La primera vez que este síndrome blanco se detectó en el Caribe mexicano fue en junio de 2018 y seis meses después se confirmó la muerte del 30 % de los corales en Quintana Roo (México). Las autoridades del país han puesto en marcha un plan emergente para controlar su expansión, según la agencia Efeverde. Esta enfermedad consume el tejido de los acropóridos hasta dejarlo en el esqueleto, que después colonizado por otros organismos, generalmente algas. Los científicos marinos desconocen las causas que lo desencadena, pero se cree que el aumento de la temperatura del mar y la presencia masiva de sargazo pueden estar detrás de su virulenta eclosión, que pone en serio peligro el futuro de uno de los ecosistemas más diversos del planeta, en el que conviven el 25% de las especies marinas.
La selva marina se muere
La situación de los arrecifes de coral en el Mar Caribe ha hecho saltar las alarmas de las autoridades mexicanas ante la pérdida masiva de las 22 especies afectadas en los últimos 17 meses. El síndrome blanco es altamente contagioso, se transmite por el agua, y en el caso de esta región su presencia, datada ya en los años 70, ha acabado con el 95% de dos especies claves en la construcción de ese hábitat tan especial: cuerno de alce, responsable en gran medida de la acidificación en el océano debido a que es un gran absorbente del dióxido de carbono, y cuerno de ciervo.
En riesgo un enorme valor económico
Al desastre natural que esta plaga supone se suma el enorme valor económico de las zonas costeras cercanas a los corales mesoamericanos. Según los expertos, los arrecifes tienen un valor económico que ronda los 400 mil millones de dólares y de su buena salud dependen alrededor de 500 millones de personas. Y no solo por la gran cantidad de pesca que se recoge en sus aguas, también la atracción que suponen para un sector tan importante en estos países como es el turismo.
Los expertos marinos no han hallado todavía el origen de esta epizootia, pero son muchos los que la relacionan con los efectos del cambio climático antropogénico en los mares y océanos. La subida de la temperatura del mar y la presencia desde hace meses de sargazo en la misma zona donde la desaparición de corales es masiva serían dos de los factores más destacados, sin olvidar otros que han confirmado cientos de estudios como el cambio químico del agua y la presencia de microplásticos.
Conciencia consumista
Sin embargo, para organizaciones que trabajan sobre el terreno el principal causante es el "inadecuado tratamiento de las aguas residuales". Mélina Soto, portavoz de Arrecifes saludables para gente saludable, que trabajan desde hace una década en la zona, subraya lo importante que es la conciencia de los consumidores al adquirir productos sostenibles y eficientes, ya que los químicos de muchos de los productos que usamos a diario terminan en los mares causando un impacto tremendo en la salud de los ecosistemas marinos.
Además, alertan también de la invasión de macroalgas, que compiten en espacio e inhiben el crecimiento del coral. Su presencia ha aumentado en los últimos años de un 12 a un 23%. "La contaminación por exceso de nutrientes, la sobrepesca de peces herbívoros y la baja abundancia de otros herbívoros han permitido un crecimiento desenfrenado de las macroalgas. Necesitamos reducirla urgentemente", demandan en el último informe sobre la salud del arrecife mesoamericano.