El riesgo se duplica, así contagia ómicron en una cena de Navidad: "Las mascarillas quirúrgicas ya no valen"
Calculamos el riesgo en cinco escenarios: sumar buenas mascarillas y buena ventilación es clave con ómicron, al ser mucho más contagiosa que delta
Al cambiar de variante, cambia mucho la tasa de ataque: la cantidad de virus que hay en el aire y que puede inhalar cada persona, si en la cena hay un infectado
"Con ómicron tienes que poner más capas de protección: la ventilación, aunque sea buena, es insuficiente como única medida"
Hace ahora un mes, simulábamos los riesgos que podía haber, este año, en una cena o comida de Navidad. A pesar de las vacunas, comprobábamos cómo la covid seguía transmitiéndose en niveles muy altos a través de los aerosoles de un infectado si no se tomaban medidas de protección. Los cálculos los hicimos con la variante delta, que era la dominante entonces. Pero un mes después, ómicron campa a sus anchas ya en España.
Según datos de Sanidad, a fecha 20 de diciembre, la nueva variante está detrás de la mitad de los casos secuenciados, por lo que su presencia real será mayor. Ya sabemos que es mucho más contagiosa que delta. ¿Qué pasaría si volvemos a hacer las simulaciones de contagio en esa misma cena, pero con ómicron? ¿Cómo cambia el riesgo de contagio en los distintos escenarios? En NIUS lo hemos vuelto a calcular, y ya les avisamos: el riesgo, con ómicron, se dobla en todos los escenarios.
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Los cálculos los hemos hecho con dos miembros de la plataforma Aireamos, la divulgadora sanitaria Patricia Ripoll y el investigador de la Universidad de Sevilla Miguel Ángel Campano. Hemos utilizado de nuevo su simulador, basado en la metodología desarrollada por el experto en aerosoles de la Universidad de Colorado José Luis Jiménez. Y lo primero que hay que advertir es que los datos de ómicron son provisiones y preliminares. Para hacer las simulaciones, se ha calculado que esta variante tiene 2,1 veces la capacidad infectiva de delta. Y eso sale de este informe del departamento de salud del Reino Unido.
Ese valor de infectividad es un valor medio, no el más alto posible sino el más realista, según los datos disponibles hasta la fecha. Y no puede considerarse definitivo, puede cambiar en el futuro, porque la información de que disponemos sobre esta variante cambia casi cada día. Pero aquí se trataba de poder calcular el riesgo antes de que nos sentemos a cenar, este sábado. Estimamos el riesgo de contagio con ómicron en cuatro escenarios teóricos, que cambian según vayamos introduciendo mascarillas y ventilación.
Escenario 1: sin mascarillas y sin ventilación
Calculamos el riesgo en el peor de los escenarios. Un salón en el que las ventanas están cerradas y nadie se pone la mascarilla en ningún momento. A la cena asisten 14 personas, y una de ellas tiene covid (esto será igual en todos los escenarios). En este caso, el simulador indica que el riesgo de contagio es alto. Se contagiaría un promedio de 5,89 personas. Con delta se contagiaban 5,49.
Como ven, la diferencia de casos, en este escenario, no es grande, pero cuidado, porque al cambiar de variante sí cambia mucho la tasa de ataque. Es decir, la cantidad de virus que hay en el aire y la dosis infecciosa que puede inhalar cada persona. Con delta ya era alta, del 96,04%. Pero es que con ómicron es mucho mayor: del 99,88%, casi del 100%.
¿Qué supone esto? “Lo que cambia es la cantidad de virus que hay en el aire y la cantidad de virus que inhala cada uno”, explican Ripoll y Campano. “La emisión de quantas/hora, que es como se mide, con ómicron es más de 6 veces la de la variante original del virus”, explica Ripoll. “Esta tasa de ataque supone que podrían contagiarse casi el 100% de los asistentes”, advierte Campano. ¿Por qué no ocurre? Por la vacuna.
Gracias a la vacuna, solo se contagiarían 5,89 personas, de las 13 susceptibles. “La tasa de ataque nos dice cuántas personas se van a infectar en esa sala, con respecto a las que son susceptibles. Y vemos que, gracias a la vacuna, no se contagian todas las que están" (que sería lo previsible con esa tasa de ataque). Hay siete que se libran. "La vacuna nos está protegiendo mucho”.
Hay que tener en cuenta que la mayor o menor protección individual variará según los vacunados tengan puesta o no la tercera dosis, que ya se está viendo que aumenta mucho la protección frente a ómicron. Con las dos dosis, la vacuna no es igual de efectiva frente a esta variante.
Por lo demás, los parámetros de base utilizados en estas simulaciones con ómicron son los mismos que utilizamos hace un mes con delta. No los hemos tocado, para que sea posible comparar los resultados.
- 14 personas cenando (11 vacunados/3 no, en correspondencia con el 80% de la población vacunada)
- 1 de ellas infectada (es un supercontagiador)
- Un salón de 22 metros por 3 de alto, con 2 ventanas
- Un encuentro que dura 4 horas
- Distancia de 2 metros entre las personas (no es muy realista, pero es lo recomendado)
- Inmunidad de los vacunados: 70% (calculada como promedio de todas las vacunas y con dos dosis)
- Actividad de los asistentes: ligera (no están sentados todo el tiempo)
- Volumen de voz del infectado al hablar: alto (hablan todos a la vez y hay ruido en el ambiente)
Lo que vamos a ver en los siguientes escenarios es cómo las medidas de intervención fundamentales para evitar contagios (mascarilla y ventilación) son todavía más importantes, con ómicron, al ser mucho más contagiosa que delta.
Escenario 2: sin mascarillas y poca ventilación
En este escenario vemos que, aun ventilando un poco (abriendo una sola ventana un poco), el riesgo de contagio sigue siendo alto. Los casos hipotéticos de covid que saldrían de esta cena son 5,06, y la tasa de ataque baja al 85,88% gracias a introducir algo de ventilación. Pero en este escenario ya vemos más diferencia, con respecto al mismo escenario con delta.
Con delta se contagiaban 3,47 personas, y la tasa de ataque era del 60%. “Lo que vemos es que, al ventilar un poco, con delta podíamos estar algo más tranquilos, pero con ómicron es totalmente insuficiente, es muy peligroso, la tasa de ataque sigue siendo altísima”, comenta Ripoll. Al cambiar de delta a ómicron, la tasa de ataque del virus en ese salón pasa del 60% al 86%. “Es un leñazo, sigue siendo altísima. Aunque ventiles un poco, el resultado es intolerable, es tremendo”, advierte Campano.
Escenario 3: sin mascarillas y buena ventilación
En este escenario, lo que cambia es que abrimos las dos ventanas del salón. Es decir, hay buena ventilación. El aire se renueva de forma adecuada y eso es básico para dispersar esa nube de aerosoles cargados con partículas víricas. “Hablamos de ventilación continua, cruzada, fluida, distribuida”, explican desde Aireamos. “Vamos a suponer que abrimos un poco las dos ventanas, pero no hace falta abrirlas de par en par”. Con delta se contagiaban, así, 2,28 personas. ¿Qué ocurre con ómicron?
Con ómicron se contagiarían 3,86 personas. Pero volvemos a lo importante, la tasa de ataque. Si con delta, en este escenario, bajaba al 39,95%, con ómicron se mantiene muy alta: 65,56%. El riesgo de contagio sigue siendo alto. “Lo que vemos es que, con omicron, la ventilación, aunque sea buena, es insuficente como única medida”, resumen desde Aireamos. Hace falta algo más, aparte de ventilar, para protegernos de esta variante tan contagiosa. “O ponernos mascarillas o mejorar la ventilación, es decir, ventilar pero midiendo”, avisa Campano. Lo vemos en el siguiente escenario.
Escenario 4: buena ventilación y mascarillas
Este escenario es mucho mejor que los anteriores. La ventilación es adecuada y todos los asistentes a la cena mantienen puesta la mascarilla todo el tiempo, mientras no están comiendo. El tipo de mascarilla también cuenta al hacer las simulaciones, y en este escenario hemos presupuesto que los 14 asistentes llevan mascarilla quirúrgica y no la llevan bien ajustada, que será lo más probable en la realidad.
Vemos que en estas condiciones, con la variante ómicron, se infectarían 2,46 personas (con delta, eran 1,3). La tasa de ataque baja mucho al sumar ventilación y mascarillas, hasta el 41,71%. Pero aun así, es el doble de la que había con delta (22,75%). El riesgo de contagio sigue siendo alto.
“Aunque la tasa de ataque baja mucho, sigue habiendo casi el doble de casos que con delta y casi el doble de tasa de ataque del virus, en esa cena”, advierten Campano y Ripoll. “La conclusión es que con ómicron tienes que ser más estricto con las medidas. O poner más capas de protección”. Por eso, vamos a ver qué pasa si cambiamos de tipo de mascarilla: de una quirúrgica a una FFP2, que además, vaya bien ajustada. Calculamos los riesgos en ese quinto escenario teórico.
Escenario 5: buena ventilación y buenas mascarillas
En estas condiciones, al ponernos una buena mascarilla y ventilar adecuadamente, el riesgo de contagio es mínimo. Es la primera vez que el simulador lo considera riesgo bajo. Porque, a pesar de tratarse de ómicron, solo saldrían 0,06 casos de covid de esa cena. Es decir, ninguno. Porque la tasa de ataque del virus es de 1,06%.
“Este resultado es maravilloso, yo lo firmo, sería el escenario recomendable”, comenta Campano. “Lo que muestra es que la FFP2, bien ajustada, te está protegiendo realmente. Son las medidas de mitigación las que permiten conseguir una incidencia bajísima”.
Campano y Ripoll coinciden en que “la estrategia más adecuada, en las cenas o comidas navideñas, es la de combinar capas de protección: tener una buena mascarilla la mayor parte del tiempo posible y una buena ventilación. Eso es lo que hará que se reduzca mucho la probabilidad de ser infectado”.
Cuando hablan de ventilación, hablan de “ventilación continua, cruzada, distribuida, y medida. Es decir, no vale solo con abrir ventanas, habría que tener un medidor de CO2 y no sobrepasar el límite de 700 ppm en ningún caso”. Lo ideal, si se tiene medidor, es mantener una concentración de CO2 de 550 ppm en ese salón.
Y ambos expertos recalcan algo. “Las mascarillas quirúrgicas ya no valen, con ómicron. Nunca valieron, pero ahora, menos que nunca. Con ómicron, no nos podemos poner ni una mascarilla quirúrgica ni una de tela. Tiene que ser FFP2 y hay que llevarla bien ajustada”.
Recuerdan, además, que si se puede, se deberían añadir más capas de protección: colocar filtros HEPA para renovar el aire adecuadamente, y que todos los asistentes se hagan antígenos antes de entrar. En estas simulaciones hemos presupuesto que no se los habían hecho, por eso uno de los participantes en la cena está infectado.