Un promedio de siete objetos interestelares pasan por el sol cada año, potencialmente lo suficientemente cerca como para que podamos observarlos e incluso visitarlos, según un nuevo análisis de la Iniciativa de Estudios Interestales. Algunos de estos incluso podrían proceder de otra galaxia.
Hasta la fecha, se han encontrado dos objetos de otros sistemas planetarios en nuestro sistema solar: 'Oumuamua' en 2017 y el cometa Borisov en 2019. Sabemos que estos objetos son de origen interestelar (ISO) porque se mueven más rápido que la velocidad de escape de nuestro sistema solar. Su descubrimiento abre áreas completamente nuevas en la investigación de los objetos desconocidos.
Según los investigadores, “encontrar ISO adicionales y planificar misiones para interceptar o reunirse con estos bojetos se beneficiará enormemente del conocimiento de sus posibles órbitas y tasas de llegada. Utilizamos la distribución de velocidad local de las estrellas del catálogo de estrellas cercanas de Gaia Early Data Release 3 y un modelo de enfoque gravitacional estándar para predecir el flujo dependiente de la velocidad de los ISO que ingresan al sistema solar".
Los investigadores estiman que detectar e interceptar tales objetos podría permitirnos comprender otras partes de nuestra galaxia. Marshall Eubank, físico de la Iniciativa de Estudios Interestelares, dijo a 'Universe Today' que la llegada de los dos objetos creó “un campo de estudio casi de la nada (un campo que las autoridades de financiación apenas están comenzando a reconocer).
“Los objetos interestelares nos brindan la oportunidad de estudiar, y en el futuro tocar literalmente, exocuerpos décadas antes de las primeras misiones posibles incluso a las estrellas más cercanas, como Proxima Centauri. Hay dos tipos básicos de misiones aquí: planear y esperar, o lanzar y esperar, misiones, como el Interceptor de cometas de la ESA, y misiones de persecución, como las que serían necesarias para llegar a 1I / 'Oumuamua", explican.
“Es muy poco probable que alguna misión de persecución pueda encontrarse con un ISO en retirada; es casi seguro que se limitarán a sobrevuelos rápidos. Las misiones de encuentro, misiones para igualar las velocidades y orbitar o aterrizar el ISO, necesitarán una advertencia anticipada", agregan.
Un artículo de 2019 de los astrónomos de Harvard sugiere que otro meteoro que golpeó la atmósfera de la Tierra sobre Papúa Nueva Guinea también puede haber venido de fuera de nuestro sistema solar. Los investigadores encontraron el meteoro, que se quemó en 2014, al buscar objetos que fueran demasiado rápidos.
El objeto de Papúa Nueva Guinea viajó hacia la Tierra a alrededor de 60 kilómetros por segundo, una velocidad tan alta que sugiere que se originó fuera de nuestro sistema solar. Los investigadores escribieron que el hallazgo "implica un posible origen en el interior profundo de un sistema planetario o una estrella en el disco grueso de la Vía Láctea".