Las ráfagas de radio rápidas (FRB) son, como su nombre lo indica, ráfagas cortas de emisiones de radio que son detectadas por los dispositivos que escuchan señales del espacio exterior. Aparecen al azar durante un período de tiempo muy corto, lo que los hace difíciles de encontrar y muy difíciles de estudiar. Uno se observó por primera vez en 2007; desde entonces, se han observado varios otros, pero solo 10 de ellos se han repetido. En este nuevo esfuerzo, los investigadores de un equipo de científicos espaciales que trabajan en Canadá, han observado el primer ejemplo de un FRB que se repite en un ciclo constante de 16 días.
Una posibilidad para explicar las primeras señales cósmicas FRB repetitivas, detectadas a 500 millones de años luz, es que tengan un origen artificial. Así lo ha manifestado Avi Loeb, presidente del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard, quien admite que estas novedosas señales podrían ser generadas también por jóvenes estrellas de neutrones llamadas magnetares, o por otro fenómeno natural aún no descubierto.
Loeb explicó que una posibilidad concreta es una civilización extraterrestre que utiliza un haz de energía para impulsar cargas a través del espacio, y que los investigadores canadienses captan la radiación que se escapa de ella. Sin embargo, Loeb señaló que previamente examinó ese concepto en un artículo de 2017, y descubrió que la energía requerida para mover cargas con haces de energía sería absolutamente asombrosa. De hecho, dijo, tal rayo requeriría tanta energía como la totalidad de la luz solar que llega a la Tierra.
Esta no es la primera vez en la que Loeb alude a orígenes artificiales en relación a descubrimientos en el espacio. En 2018 sugirió que el objeto interestelar 'Oumuama' podría ser el desecho de una nave alienígena.