Un grupo de científicos del Hospital Mount Sinai de Nueva York, EEUU, ha desvelado uno de los grandes misterios en la investigación del cáncer, cómo las células malignas que abandonan un tumor y se trasladan a otras partes del cuerpo permanecen inactivas durante años, antes de provocar una metástasis.
Las células cancerosas permanecen latentes al secretar un tipo de colágeno denominado 'colágeno de tipo III' en el entorno que las rodea, y solo se vuelven malignas cuando el nivel de esta proteína disminuye, según recoge el estudio, publicado en la revista Nature Cancer.
Los investigadores del Mount Sinai descubrieron que al enriquecer el entorno de las células con este tipo de colágeno -del tipo III- podían obligarlas a mantener el estado latente y evitar la reaparición del tumor.
"Nuestros hallazgos tienen potenciales implicaciones clínicas y pueden suponer un novedoso biomarcador para predecir las recidivas tumorales cuando el cáncer reaparece después de un período durante el cual no pudo ser detectado, así como en una intervención terapéutica para reducir esta recurrencia", señala el profesor del Instituto del Cáncer Tisch del Mount Sinai, José Javier Bravo-Cordero.
"Esta intervención dirigida a impedir el despertar de las células latentes se ha sugerido como estrategia terapéutica para prevenir el crecimiento metastásico", añade el especialista en el documento. Ampliar la investigación en biología de la latencia tumoral y desarrollar nuevos fármacos específicos podrían "allanar el camino hacia la remisión del cáncer".
"Una combinación de tratamientos que induzcan este estado latente y terapias que se dirijan específicamente a esas células adormecidas permitiría prevenir la recidiva local y la metástasis", precisa el científico español del hospital neoyorquino.
La mayoría de las muertes por cáncer se deben a metástasis (en torno al 90% de casos), que pueden ocurrir varios años después de la extirpación de un tumor. Investigaciones anteriores han estudiado cómo las células tumorales dispersas salen de su estado de latencia. Este nuevo trabajo, por el contrario, mostró cómo las células permanecen inactivas -latentes-.
El estudio utilizó técnicas de imágenes de alta resolución, incluida la microscopía intravital de dos fotones, una tecnología que permite la visualización de células latentes en su entorno en tiempo real en un animal vivo. Esta tecnología permitió a los investigadores rastrear células tumorales latentes de cáncer de mama y de cabeza y cuello en modelos de ratón.
Asimismo, mediante el uso de esta tecnología, los investigadores pudieron visualizar los cambios en la arquitectura de la matriz extracelular a medida que las células tumorales se volvían latentes y cómo cambiaba cuando estas células se despertaban.
En muestras de pacientes, los investigadores demostraron que una gran cantidad de colágeno podría usarse como una medida potencial para predecir la recurrencia del tumor y la metástasis. En los modelos de ratón, cuando los científicos aumentaron la cantidad de colágeno tipo III alrededor de las células cancerosas que habían dejado un tumor, se interrumpió la progresión del cáncer y las células diseminadas se vieron obligadas a entrar en un estado latente.
El estudio sugiere que se podría prevenir la metástasis mediante el uso de estrategias que apuntan a enriquecer el microambiente tumoral en colágeno tipo III, ya que se activaría la latencia de las células tumorales.