Una joven osa polar, de unos dos años, ha estado deambulando por el norte de Rusia en busca de alimento hasta ser rescatada por las autoridades en Yakutsk, Siberia. La hembra estaba en muy mal estado, visiblemente delgada y carente de uno de sus colmillos. Los expertos dicen que es el ejemplar que más distancia hacia el sur ha recorrido desde el Ártico.
La osa polar caminaba por un pueblo minero de Siberia cuando un pescador la pilló hurgando en una de sus bolsas cerca de un río. Las autoridades se propusieron entonces ayudar al animal, para lo cual introdujeron un señuelo en una jaula para atraparla y transportarla a un lugar más seguro.
Actualmente se recupera en el zoo de Moscú, donde los cuidadores son positivos respecto a su estado, que mejora con el paso de los días. El despliegue para su traslado fue extraordinario: las autoridades utilizaron un avión militar para llevarla hasta su nuevo hogar para hacerle el viaje lo más llevadero posible.
Un equipo del Ministerio de Ecología, el Instituto de Biología, el Ministerio de Emergencias, el perro guardián de la naturaleza y el zoológico de Yakutsk se encargaron de ponerlo a salvo en una operación sin precedentes.
Antes, caminó por zonas residenciales, durmió en patios traseros y se alimentó del pienso de perros que iba encontrando en los jardines de los vecinos. Los intentos previos de capturarla acabaron mal, reportándose varios encontronazos con aldeanos en Batagai, Topolinoye y Khandyga.
“Este es un caso absolutamente único, el primero en la historia de Rusia y Eurasia cuando una especie tan rara del hábitat del Ártico fue tan al sur hacia el continente. Todavía no hay una explicación de por qué sucedió esto”, ha explicado para ‘The Siberian Times’ Roman Smetanin, director de la dirección de BioResources de Yakutia, que participó en la operación de caza del oso.