Una investigación publicada en la revista 'Journal of Natural History' ha determinado que la rata negra que habita en el Bosque de Los Tilos, la zona núcleo de la Reserva Mundial de la Biosfera de La Palma, se alimenta de 43 especies de plantas comprometiendo, en cierta medida, su supervivencia y reproducción.
Este estudio ha sido llevado a cabo por investigadores del Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) y del Cabildo de La Palma, y se ha centrado en el impacto que produce la rata negra en el Bosque de Los Tilos.
La rata negra (Rattus rattus), también conocida como rata de barco o rata común, es una especie roedora originaria de Asia tropical pero que colonizó Europa en el siglo VIII y desde allí se extendió a prácticamente el resto del mundo, adaptándose a cualquier tipo de hábitat, aunque predomina en climas cálidos.
A las Islas Canarias se estima llegó en el siglo XV en barcos procedentes de varios puntos del continente europeo. En la actualidad y debido a su potencial colonizador y la amenaza grave que supone para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013. En España está prohibida su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
La investigación, primera en combinar análisis morfológicos y genéticos que se lleva a cabo, ha permitido comprobar que la rata negra, al comer zarzamoras (Rubus palmensis y Rubus bollei), nativas de La Palma, no daña sus semillas durante su consumo, contrariamente a lo que hace con otros alimentos que termina triturando, por lo que sería interesante plantear nuevos estudios que comprueben si colabora en la dispersión de estas dos especies vegetales de la laurisilva canaria.
Asimismo, el estudio ha permitido conocer dos hechos más. "Por un lado, dentro de la dieta de la rata se encontró una mayor cantidad de plantas tóxicas frente a otro tipo de vegetales lo que nos lleva a pensar en una posible adicción a ciertos compuestos psicoactivos y, por otro lado, en ninguno de los excrementos analizados se encontraron restos de aves canarias a pesar de que la rata negra es una amenaza para este grupo de vertebrados", señala Fernando Pomeda-Gutiérrez, del RJB-CSIC.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores han analizado morfológicamente 500 excrementos de esta especie y a ellos añadieron otro centenar de análisis genéticos (barcoding) que, según el investigador del Real Jardín Botánico, "se hicieron necesarios para determinar con mayor claridad la dieta de esta especie exótica invasora que, generalmente, como otros roedores tritura excesivamente el alimento, dejando la mayoría de los restos completamente destrozados lo que dificulta su estudio".
El estudio de Fernando Pomeda-Gutiérrez se enmarca dentro de TFM's del Máster en Biodiversidad en Áreas Tropicales y su Conservación y ha estado dirigido por el profesor de investigación del CSIC en el Real Jardín Botánico Pablo Vargas, el investigador científico Manuel Nogales del IPNA-CSIC y Félix Manuel Medina, biólogo del Cabildo Insular de La Palma.