Miedo a nuevas inundaciones: los pueblos costeros de España más expuestos a temporales como Gloria
La mayoría de municipios en riesgo están en Málaga, Alicante y Valencia
La superficie artificial en la costa supera la superficie total de Madrid
La red de espacios protegidos ha sido fundamental para proteger la costa
Los días 20 y 21 de enero de 2020 numerosas comarcas del este de España amanecían con un paisaje muy alterado por la borrasca Gloria. Las regiones más afectadas fueron aquellas más expuestas al mar, por el fuerte oleaje que se generó. Algunas todavía se recuperaban de las ‘gotas frías’ del otoño de 2019. Un nuevo informe ha analizado cuáles son los pueblos costeros que más riesgo corren ante futuras inundaciones.
Para llegar a sus conclusiones, el Observatorio de Sostenibilidad ha analizado “el desarrollo del complejo industrial turístico-residencial en la primera franja de costa en los primeros 500 metros” y los efectos del calentamiento global, “que hace que aumenten la frecuencia e intensidad de los temporales”. El informe se titula ‘Los 50 municipios más construidos del litoral español: áreas urbanas más expuestas a los temporales en la costa’.
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El turismo en primera línea de costa
“Las áreas geográficas más intensamente impactadas por esta transformación son bien conocidas –enuncia el documento–: la costa malacitana, Alicante y sur de Valencia”.
Enumera los siguientes municipios por ser los que más han modificado los primeros 500 metros de costa: Benicasim, Orihuela, Mijas, Marbella, Torrevieja, Benalmádena y –añade– Benalmádena y Calpe, “que son los municipios de los 50 que más han artificializado el conjunto de su término municipal”.
En su mayoría, la transformación se debe a “la turistificación intensiva”, de lo cual también pecan Calvià (Mallorca), Dénia (Alicante), Estepona (Málaga) y Puerto del Rosario (Las Palmas). El norte no está exento pero tiene poco que ver si miramos la superficie construida en primera línea de costa. Donde más se ha desarrollado el urbanismo turístico es en las Rías Baixas. Hay varios ejemplos: Vilagarcía de Arosa (Pontevedra), con el 59% de su superficie modificada, Sanxenxo (Pontevedra), con el 41%, u Oleiros, Ferrol y Ribeira, en A Coruña.
Hoteles, campos de golf y chalets
El golf es uno de los deportes por los que más se apuesta en la costa mediterránea, donde también se observa una “chaletización”, mientras que en Canarias por ejemplo el desarrollo urbano está liderado por los complejos hoteleros tipo resort. El Observatorio de Sostenibilidad resume en nota de prensa los siguientes puntos:
- El golf ocupa mucho más del doble de la superficie de parques y equipamientos deportivos públicos en los 50 municipios más turistificados.
- La prevalencia de la “chaletización” alcanza máximos en Orihuela, con el 100% de la superficie residencial “chaletizada”, en otros dos más supera el 90% (Andratx y Sant Josep de Sa Talaia) y en 29 supera el 50%. En el conjunto de todo el municipio, alcanza su máximo en L’Ametlla de Mar (93,8% de la superficie residencial).
- La muy “húmeda” Costa del Sol es el principal acogedor del golf. Mijas le dedica el máximo, 91,10%; Estepona el 87,62%, y Marbella el 80,46, de toda su superficie de equipamiento.
- En algunos municipios, la carrera constructora ha diseñado ciudades sin una sola hectárea de parques públicos en 7 casos: Andratx, Benicassim, La Oliva, Sant Josep de sa Talaia, Altea, Benalmádena, Andratx y Santa Eulalia del Río.
En total, resalta, “la superficie artificial en los primeros 500 metros de la costa española (625 km(2)) supera la superficie total del municipio de Madrid (605 km(2))”.
Gracias a la red de espacios naturales protegidos, 20 términos municipales duplican la superficie protegida sobre la artificial.
Dar un paso atrás
El experto en sistemas de información geográfica Raúl Estévez señala que “toda esta planificación ha respondido a una rápida carrera por monetizar de forma privada la posición del suelo más próximo a la ribera del mar”.
Para mejorar la situación actual, apunta Fernando Prieto, del Observatorio de Sostenibilidad, es necesario "dar un paso atrás en las costas más vulnerables", así como realizar un diagnóstico y "propuestas de minimización de riesgos por inundaciones, temporales y avenidas y adaptación al cambio climático".
Se plantea una propuesta de etiqueta de calificación de edificaciones frente al riesgo de inundaciones, y aplicando soluciones basadas en la naturaleza tales como recuperar humedales, creando estructuras para captar arenas, fijando vegetación, etcétera, apunta el informe.
“También se precisan medidas para solucionar los problemas graves como la deficiente calidad de las aguas y la necesidad de realización de nuevas y mejores depuradoras para reducir los vertidos”, así como “una nueva ley del litoral que derogue la ley de 2013 e incluya el cambio climático y la necesidad de adaptación al mismo”, concluye.