El primer exoesqueleto pediátrico, un hito que ya hace sonreír a niños como Álvaro o Víctor
El primer exoesqueleto para niños es un hito en medicina pediátrica
Íntegramente español, ayuda a andar a niños como Víctor, con parálisis cerebral, o Álvaro, que sufre una lesión medular
El exoesqueleto pediátrico ha recibido hoy el marcado CE para su comercialización
El primer exoesqueleto para niños es un auténtico hito en medicina pediátrica. Íntegramente español, desarrollado por el CSIC y Marsi-Bionics y presentado por la investigadora Elena García Armada junto al ministro de Ciencia, Pedro Duque, y la presidenta del propio Centro Superior de Investigaciones Científicas, Rosa Menéndez, hoy ha recibido el marcado CE para su comercialización.
De esta manera, se cumple un auténtico sueño para ayudar a todos aquellos niños que, como Víctor, con una parálisis cerebral, o Álvaro, que sufre una lesión medular, puedan andar con ayuda gracias al extraordinario invento; todo un logro de un engranaje científico que consigue interpretar las intenciones del niño y traducirlas en movimiento.
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Desde que se presentase el primer prototipo de exoesqueleto pediátrico hasta ahora han pasado 8 años de ingenio y dificultades de financiación; de empeño de investigadores del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid, entre otros.
Con su desarrollo, se ha visto crecer a niños como Álvaro, cuya madre, Ana, se emocionaba al pensar que pudiera andar con el dispositivo, a pesar de la atrofia muscular espinal, “una enfermedad genética que afecta a las neuronas de la médula espinal y que condiciona que poco a poco se atrofien los músculos del cuerpo”, como explicaba Gustavo Lorenzo, del hospital Ramón y Cajal, cuando comenzaban las primeras pruebas con el exoesqueleto.
“En las personas que tienen tipo 2 el problema fundamental que van a tener es que no pueden caminar, no pueden mantener una adecuada estática de su columna vertebral y no pueden aumentar su capacidad respiratoria, porque sus músculos no funcionan. Además, cuando progresivamente se va doblando su columna, se produce una escoliosis; eso empeora todavía más su capacidad respiratoria”, explicaba entonces.
Y hoy, afortunadamente, ese deseo de dar los primeros pasos gracias a este invento es ya una realidad: los ensayos clínicos con niños y niñas con enfermedades neuromusculares han demostrado que el uso del dispositivo robotizado retrasa las complicaciones musculoesquléticas.
El ingenio español tiene diez articulaciones que interpretan la intención de movimientos de la persona y responden en cada paso. Se puede generar un patrón de marcha para cada paciente, y realizar terapia muscular integral; una oportunidad para Álvaro, Víctor y el resto de niños en su situación: el primer exoesqueleto pediátrico del mundo ya está a disposición de quien lo necesite.