Salamandras y lagartos fluorescentes: los motivos por los que brillan
Un estudio de Scientific Reports da respuesta al curioso fenómeno de por qué algunos anfibios brillan en la oscuridad
Este acontecimiento se ha registrado en otros animales como peces, medusas y tortugas marinas
La oscuridad suele ser el mejor método de camuflaje para los animales. Se esconden, se quedan la noche resguardados y de paso resultan invisibles a los depredadores, incluidos los seres humanos. Sin embargo, hay un tipo de anfibios que, lejos de querer pasar desapercibidos, son capaces de brillar en la noche en colores chillones como el verde y el amarillo. Así lo ha confirmado un nuevo estudio publicado en la revista 'Scientific Reports', que establece además que es frecuente entre otras especies. ¿Cómo lo hacen?
Normalmente los colores llamativos de los animales responden a una mutación genética, como la de la mantarraya rosa descubierta en Australia recientemente. No obstante, en este caso el motivo por el que estos anfibios adquieren tonos fluorescentes es exterior, es decir, ajeno a su organismo.
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El 'culpable' es el Sol
Los rayos de luz ultravioletas procedentes del Sol que llegan a la superficie de la Tierra no solo tienen un impacto directo en las personas, también en los animales. Lo que les sucede es que pasan por un proceso natural denominado biofluorescencia. Estos anfibios, sobre todo las salamandras y los lagartos, son capaces de absorber la energía solar, emitiendo posteriormente un brillo chillón con colores que van del azul al verde o el rojo.
Los científicos estudiaron con detenimiento salamandras, ranas y cecilios. Los pusieron ante la luz ultravioleta y midieron las longitudes de onda de luz que emitían los animales. Tras ello, se percataron de que todas habían pasado por el proceso de biofluoresencia. El color y el brillo variaba en función de las manchas, rayas y los propios huesos de cada especie.
¿Qué implica para los animales?
Este fenómeno, explican, está muy extendido entre los animales, especialmente entre los artrópodos y algunos peces, aunque también se han registrado casos en especies 'terrestres', como loros y tortugas marinas.
Este 'súperpoder' tiene una ventaja y un inconveniente. Por un lado, les permite ubicarse a la perfección en zonas de poca luz. Por otro, supone un impedimento para su supervivencia porque facilita que otros anfibios y especies le detecten con más facilidad. Es decir, son presa fácil.