Una misteriosa población de planetas que deambulan libremente en el espacio profundo podría haber sido descubierta por el telescopio espacial Kepler de la NASA. Si se confirma, significaría que en el universo podría haber más de estos ‘huérfanos’ que no orbitan ninguna estrella.
Generalmente, pensamos en los planetas como cuerpos enormes y complejos que orbitan una estrella como puede ser el Sol. Pero existen también lo que los astrónomos llaman los exoplanetas ‘rebeldes’, que siguen su propio camino sin seguir un patrón alrededor de una anfitriona.
"Kepler ha logrado lo que nunca fue diseñado para hacer, al proporcionar más evidencia tentativa de la existencia de una población de planetas de masa terrestre que flotan libremente", dice en un comunicado Eamonn Kerins, investigador de la Universidad de Manchester en el Reino Unido.
Junto el doctor en Física Iain Mcdonald y un grupo de expertos, Kerins ha llevado a cabo un estudio sobre estos planetas utilizando datos obtenidos en 2016 durante la fase de la misión K2 del Telescopio Espacial Kepler. Los resultados se publican en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
“El equipo del estudio encontró 27 señales candidatas de microlente de corta duración que variaban en escalas de tiempo de entre una hora y 10 días”, explican en el comunicado. Muchos de estos se habían visto anteriormente en datos obtenidos simultáneamente desde el suelo. Sin embargo, los cuatro eventos más cortos son nuevos descubrimientos que son consistentes con planetas de masas similares a la Tierra.
“Estos nuevos eventos no muestran una señal más larga acompañante que podría esperarse de una estrella anfitriona, lo que sugiere que estos nuevos eventos pueden ser planetas que flotan libremente”, dicen. Es posible que tales planetas se hayan formado originalmente alrededor de una estrella anfitriona antes de ser expulsados por el tirón gravitacional de otros planetas más pesados del sistema.
El telescopio Kepler, que insisten, no fue diseñado para este propósito, le pasará ahora este testigo a nuevas misiones, tales como la de la NASA, con el telescopio espacial Romano Nancy Grace y, posiblemente, la misión Euclides de la ESA (Agencia Espacial Europea). Ambos se ha optimizado para buscar señales de microlentes.