Los piratas informáticos han encontrado un suculento negocio con el llamado ‘Ransom-Ware’, el secuestro de datos para pedir un rescate a cambio. Un peligro que no es exclusivo de grandes corporaciones. Cada día son más las pequeñas y empresas y particulares que lo sufren.
Con la expansión de la digitalización de la pymes y la promoción del teletrabajo, los ciberdelincuentes han encontrado más campo de actuación, pero ¿cómo lo hacen estos ciberdelincuentes?, pues a través de correos electrónicos ‘spam’, archivos adjuntos o la introducción de un pincho del que desconocemos el origen.
El problema, que aunque la víctima pague, solo el 11% recupera sus datos. Según el último balance del ministerio del Interior, los casos más comunes de cibercriminalidad antes de la pandemia tienen que ver con las estafas en compras online o acciones bancarias.
Hay que tener mucho cuidado con los mensajes que recibimos en nuestros teléfonos móviles porque los ciberdelincuentes están aprovechando los cambios de consumo durante la pandemia para llevar a cabo todo tipo de estafas telemáticas.
Raúl Roca, experto en ciberseguridad explica el método utilizado por los ciberdelincuentes: “Hay un engaño inicial, hay un enlace y ese enlace o te instala un programa malicioso o directamente que sea un enlace que lleva a una página web que simula a una entidad legal, legítima, que introduces tus credenciales y automáticamente se las estas entregando a los cibercriminales”
Con este método los ciberdelincuentes llegan a estafar de 200 euros a más de 100.000 euros. Solo en Cataluña los mossos reciben al mes más de 100 denuncias relacionadas con el ‘phishing’en cada comisaría, una cifra que representa 40.000 ciberestafas al año.
Ángel Merino, subinspector Mossos d’Escuadra, aconseja que lo “principal para evitar este tipo de fraude es utilizar el sentido común, desconfiar de remitentes desconocidos y evitar dar datos personales a terceras personas”