Un parásito llamado Toxoplasma gondii que está presente en el 50 % de las personas podría estar haciendo a sus huéspedes más atractivos, según un nuevo estudio. La bacteria causante de la toxoplasmosis que transmiten los gatos estaría afectando a la apariencia y la actitud de los infectados con un objetivo misterioso.
Un estudio liderado por el biólogo Javier Borráz-León, de la Universidad de Turku (Finlandia) publicado en PeerJ sugiere que los cambios neurológicos causados por la bacteria T. gondii podrían hacer más atractivas a las personas infectadas.
Los sujetos infectados con toxoplasma (tanto hombres como mujeres) fueron calificados como significativamente más atractivos y más sanos que los no infectados, dicen los autores.
Este parásito que estaría presente en un altísimo número de personas se ha relacionado con multitud de trastornos neurológicos, como la esquizofrenia y episodios psicóticos. El estudio señala que entre el 30 % y el 80 % de la población mundial estaría infectada con T. gondii.
La toxoplasmosis se transmite por el contacto con heces de gato, comida o agua contaminada, o relaciones sexuales con una persona infectada, y generalmente no causa complicaciones. “Solo un exiguo porcentaje de sujetos (principalmente aquellos inmunodeprimidos) pueden desarrollar complicaciones asociadas a la infección”, enuncia la publicación.
Su manipulación del aspecto de los huéspedes podría tener sentido desde el punto de vista evolutivo, argumentan los científicos.
“Nuestros resultados sugieren que algunos parásitos de transmisión sexual, como T. gondii, pueden producir cambios en la apariencia y el comportamiento del huésped humano, ya sea como un subproducto de la infección o como resultado de la manipulación del parásito para aumentar su propagarse a nuevos huéspedes”, dicen los autores de la curiosa investigación.
El estudio comprobó que las ratas macho infectadas se percibieron como más atractivas sexualmente y las hembras no infectadas las preferían como parejas sexuales. En humanos, los investigadores probaron su teoría en 22 hombres y 13 mujeres infectados con Toxoplasma, comparándolos con un grupo de 178 personas (86 hombres y 92 mujeres) que no portaban la bacteria. Realizaron varios hallazgos interesantes.
Por un lado, los biólogos descubrieron que las mujeres con toxoplasmosis tenían un índice de masa corporal o IMC más bajo que las que no tenían el parásito, y los hombres infectados tendrían más testosterona que los no infectados.
También habría afectado a la simetría de sus rostros, además de la percepción de la salud y el atractivo de las personas infectadas, lo cual respondería a una “estrategia coevolutiva”, señala la investigación.
Este no sería el primer ejemplo de parásitos que manipulan la imagen para propagarse. Por ejemplo, las polillas hembra de Helicoverpa zea infectadas con el virus específico de las gónadas (GSV) o el virus Hz-2V producen de tres a siete veces más feromonas sexuales que las hembras no infectadas, lo que podría aumentar su atractivo sexual, y los caracoles de agua infectados con un trematodo llamado Microphallus aumentan su atractivo sexual medido por un aumento en el número de eventos de apareamiento y el número total de parejas de apareamiento diferentes.