Los humanos no somos los únicos que podemos desarrollar adicción a las drogas, también los peces. Un estudio ha descubierto que la contaminación de los ríos está derivando en un consumo de metanfetamina por parte de la vida marina, que incluso llega a presentar síndrome de abstinencia.
El descubrimiento es bastante preocupante. La metanfetamina contamina los ríos de todo el mundo, llegando a concentrarse en ocasiones docenas de microgramos por litro de agua, según informes de las revistas Chemosphere y Water.
Una nueva investigación ha analizado el papel de esta droga en los peces silvestres, centrándose en una especie en particular: “La metanfetamina, considerada como una de las amenazas para la salud mundial más importantes, causa adicción y alteración del comportamiento de la trucha marrón Salmo trutta”, publica la revista ‘Journal of Experimental Biology’.
Los investigadores realizaron un experimento para comprobar cómo está afectando la contaminación por esta droga a las truchas. Para ello, dividieron 120 truchas marrones de un criadero en dos tanques de 350 litros. Uno de los tanques contenía metanfetaminas en concentraciones similares a las medidas en arroyos naturales (con 1 microgramo de metanfetamina por litro de agua), y el otro no estaba en absoluto contaminado.
Pasadas varias semanas, los científicos trasladaron a peces al azar de ambos tanques a un ‘arroyo’ artificial, donde el agua salía por un lado (con contenido de metanfetamina), y salía por otro. La observación fue la siguiente: los peces que habían estado expuestos a la droga la buscaban en el lado por donde salía el agua, en cambio aquellos que no lo habían estado no mostraban una preferencia por un tramo del arroyo.
Y, aunque a raíz de esta prueba no se concluye al 100 % que los peces sufrieran adicción, también se observó que los peces de aguas contaminadas eran menos activos que los de aguas limpias.
Anteriormente, se ha visto un comportamiento similar en el pez cebra, que experimentaba abstinencia de opioides, según publicó la revista Behavioral Brain Research.
Lo que es más preocupante: las drogas no solo contaminan los ríos, también nuestros mares, en buena parte por culpa de la industria farmacéutica. Se ha documentado cómo afecta la fluoxetina, “el antidepresivo del mundo”, a los peces Poecilia reticulata. Les aturde y altera su comportamiento a la hora de socializar, de alimentarse, migrar o de aparearse, publicó el National Geographic.