Ya es primavera. Los pájaros cantan y comienzan a hacer sus nidos como un reloj con la llegada de la estación. Pero, según un nuevo estudio, que ha analizado colecciones de huevos en museos que se remontan unos cien años, esto no siempre ha ocurrido en la misma época. Las aves ponen sus huevos un mes antes en la actualidad que hace un siglo, y la culpa es del cambio climático.
Una investigación publicada en el Journal of Animal Ecology ha comparado huevos recientes recolectados en Chicago con huevos fósiles centenarios conservados en museos, y ha descubierto que la anidación sucedía bastante más tarde en la primavera hace 120 años.
John Bates, curador de aves en el Field Museum y autor principal del estudio, se cuestionó cómo podría estar afectando el cambio climático a la anidación de las aves después de escribir un libro sobre huevos de pájaros a raíz de investigaciones de estas colecciones en el museo. “Una vez que conocí nuestra colección de huevos, me puse a pensar en lo valiosos que son los datos de esa colección y cómo esos datos no se replican en las colecciones modernas”, dice en un comunicado.
Su estudio revela que aproximadamente un tercio de las especies de aves que anidan en Chicago han adelantado la puesta de huevos en un promedio de 25 días.
Las cáscaras limpias y secas de los huevos se conservan en pequeñas cajas con etiquetas escritas a mano que indican datos como la especie, dónde se recolectaron los huevos y cuándo. Bates ha admirado este registro histórico de anidación: “Realmente tienes que conocer a las aves para poder salir y encontrar los nidos y hacer la recolección”, dice Bates. "Estaban muy sintonizados con el momento en que las aves comenzaban a poner huevos y, en mi opinión, eso conduce a fechas muy precisas de cuándo se pusieron los huevos".
A partir de la década de 1920, el registro de huevos de pájaros es inferior, dado que “pasó de moda”, según los autores. Bill Strausberger, que trabajó como investigador en el Morton Arboretum de Chicago, y Chris Whelan, ecologista evolutivo de la Universidad de Illinois en Chicago, ayudaron en la recogida de datos.
“Encontrar nidos y seguir su destino hacia el éxito o el fracaso requiere mucho tiempo y es un desafío”, dice Whelan. “Aprendimos a reconocer lo que yo llamé comportamiento 'nesty'. Esto incluye recolectar material del nido, como ramitas, pasto, raíces o cortezas, según la especie de ave, o capturar alimentos como las orugas pero no consumir el alimento; esto probablemente indica que un padre está buscando alimento para los polluelos”. Whelan y su equipo usaron espejos montados en postes largos para mirar dentro de los nidos en lo alto y siguieron de cerca las fechas en que se pusieron y eclosionaron los huevos.
Los investigadores se encontraron con dos grandes conjuntos de datos de anidamiento: uno de aproximadamente 1880-1920 y otro de aproximadamente 1990 a 2015. La brecha de información a mediados del siglo XX pudo completarse gracias a Mason Fidino, ecólogo del Lincoln Park Zoo de Chicago y coautor del estudio.
Los análisis mostraron una tendencia sorprendente: entre las 72 especies para las que había datos históricos y modernos disponibles en la región de Chicagoland, alrededor de un tercio anidaba cada vez más temprano. Entre las aves cuyos hábitos de anidación cambiaron, estaban poniendo sus primeros huevos 25,1 días antes que hace cien años, aseguran los autores.
Los científicos querían saber la razón de la anidación temprana. Para ello, buscaron datos de temperatura, aunque sin éxito, para comparar los registros de entonces con los actuales. A falta de datos de este tipo, recurrieron entonces a otro indicativo de la temperatura que hacía en Chicago cuando los huevos fueron recogidos: la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.
Los datos de dióxido de carbono sí han podido ser bien documentados, en parte por la composición química de los núcleos de hielo de los glaciares, un revelador de eventos climáticos pasados.
“El cambio climático global no ha sido lineal durante este período de casi 150 años y, por lo tanto, es posible que las especies no hayan adelantado su fecha de puesta de manera no lineal también. Por lo tanto, incluimos tendencias lineales y no lineales en nuestro modelo”, dice Fidino. “Descubrimos que los datos simulados eran muy similares a los datos observados, lo que indicaba que nuestro modelo hizo un trabajo decente”.
Los pequeños cambios de temperatura habrían acelerado la floración y la aparición de algunos insectos, es decir, de la comida disponible para los pájaros, por lo que estos han decidido adelantar la puesta de huevos.
Estos cambios en las fechas de anidación podrían hacer que compitan por alimentos y recursos de una manera que no solían hacer”, lamenta Bates.
“Hay 5 millones de huevos en colecciones de todo el mundo y, sin embargo, son muy pocas las publicaciones que utilizan las colecciones de huevos de los museos”, dice Bates. "Son un tesoro de datos sobre el pasado y pueden ayudarnos a responder preguntas importantes sobre nuestro mundo actual".