Si a los osos les funciona: ¿Podríamos nosotros hibernar también?
El cuerpo de un oso pardo puede ralentizarse durante meses sin sufrir daños
¿Podríamos los humanos probar la hibernación durante meses?
Fisiológicamente, el período de hibernación es el más extraño para la ciencia. Tres son las estaciones principales en la vida de un oso: la temporada activa, que comienza en mayo; un período de alimentación intensa, a fines de septiembre e hibernación, desde enero hasta la primavera.
La pregunta es: ¿Cómo pueden los osos ralentizarse durante meses sin sufrir apenas daños? Cuando un oso hiberna, su tasa metabólica no cambia apenas los tejidos grasos cambia durante esta, pero el tejido muscular no. No defecan ni orinan. La cantidad de nitrógeno en su sangre aumenta bruscamente, sin dañar los riñones o el hígado. El animal se vuelve resistente a la insulina pero no sufre fluctuaciones en sus niveles de azúcar en la sangre.
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Los investigadores quieren saber ahora, si sería posible esto en el ser humano. Afirmando que si una persona realiza estas afecciones todos los años durante varios meses podría terminar fácilmente con diabetes, obesidad, pérdida ósea, músculos atrofiados o algo peor. "Incluso cuando son muy gordos, es una obesidad saludable", dijo Brian Barnes, quien estudia la hibernación del oso negro en Alaska. "No sufren los mismos tipos de patologías que ocurren en las personas".
El estudio de la hibernación
Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Washington publicó en septiembre un estudio en Biología de las Comunicaciones que buscaba comprender mejor lo que sucede en las células de los osos pardos que hibernan. Los investigadores tomaron muestras del hígado, la grasa y el músculo de seis osos grizzly cautivos en tres ocasiones durante el año.
"El efecto de la hibernación en cada tejido es diferente", dijo Joanna Kelley, bióloga evolutiva de la Universidad Estatal de Washington y uno de los autores del artículo. “La hibernación no es tan simple como hibernar o no hibernar. Hay elementos de transición que suceden durante todo el año. Lo más sorprendente para Heiko Jansen, autor principal del estudio, fue que la grasa de los osos contenía una gran cantidad de genes que cambian su nivel de expresión a lo largo del año. "Está en los miles”, dijo. En contraste, cuando los lémures enanos en Madagascar hibernan, solo unos pocos cientos de genes en sus tejidos grasos cambian su nivel de expresión estacionalmente.
Otros animales también hibernan, como las zarigüeyas pigmeas de montaña en Australia, las ardillas terrestres de trece líneas en los pastizales de América del Norte y varias especies de murciélagos. Su actividad ha sido durante mucho tiempo de interés para los investigadores, que están ansiosos por aprender cómo se podría aplicar un estado de animación suspendida a la salud humana.
Podría ser aplicable al espacio
La hibernación también podría ser útil durante los viajes extraterrestres. Con la tecnología de propulsión actual, un viaje de ida y vuelta a Marte lleva unos dos años y medio, y una gran cantidad de alimentos, aire, agua y suministros médicos para los astronautas. El letargo inducido podría ser justo lo que los humanos necesitan para sacarnos permanentemente de nuestros traseros terrestres.
Finalmente, se puede afirmar que la hibernación puede ser algo que los humanos aprendan a dominar, total o parcialmente. Mientras tanto, los investigadores de la vida silvestre desean enfatizar la importancia de la hibernación para la supervivencia de los animales que ya pueden hacerlo.