Lo satélites de la Nasa llevan monitoreando el viaje del polvo sahariano todo el mes de junio. Primero invadió las islas de Cabo Verde y llegó en menor medida a Canarias, y después los vientos lo arrastraron a una altitud de unos 2.000 y 4.000 metros sobre del Atlántico, hasta desembarcar en Estados Unidos y el Caribe. A estas alturas, la nube de arena cubre el Pacífico oriental.
La incursión de polvo del Sáhara al otro lado del charco es relativamente frecuente entre el final de la primavera y el comienzo del otoño, pero este episodio es inusual. "Si bien el transporte de polvo sahariano a través del océano hacia las Américas no es infrecuente, el tamaño y la fuerza de este evento en particular es bastante inusual", explica Colin Seftor, científico atmosférico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa, recoge Europa Press. "Además, si miras desde la costa de África puedes ver otra gran nube saliendo del continente, que continúa alimentando la larga cadena de polvo que viaja a través del Atlántico".
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) describe la columna de partículas de arena como “masiva”, y han sido varios los países que tomaron precauciones la semana pasada por la mala calidad del aire y el consecuente riesgo para la salud. Las imágenes desde el Caribe eran alarmantes:
El satélite Suomi NPP de la Nasa y la NOAA ha obtenido la siguiente imagen del viaje de más de 9.000 kilómetros del polvo sahariano entre 15 y el 25 de junio.
Al llegar a Estados Unidos se ha estos días una complicación en la observación: los incendios en las llamadas Grandes Llanuras. Después de cruzar el Golfo de México, “la señal de aerosol que se ve más al norte en Texas, Oklahoma, Nebraska, etc., es probablemente una mezcla de polvo y humo de los numerosos incendios activos en el suroeste de los Estados Unidos”, aclara Seftor.
Las partículas de aerosol tienen un efecto sobre la salud humana y el clima. Las partículas de aerosol se producen a partir de muchos eventos, incluidas las actividades humanas, como la contaminación de las fábricas y los procesos naturales, como el humo de los incendios, el polvo de las tormentas de polvo, la sal marina de las olas rompientes y las cenizas volcánicas de los volcanes.
El polvo de África puede afectar la calidad del aire tan lejos como América del Norte y del Sur si se mezcla hasta el nivel del suelo. Pero el polvo también puede desempeñar un papel ecológico importante, como fertilizar los suelos en el Amazonas y construir playas en el Caribe, como es el caso de las Bahamas. Las condiciones secas, cálidas y ventosas asociadas con los brotes de la capa de aire del Sáhara en África también pueden suprimir la formación e intensificación de los ciclones tropicales.