Lo llaman noche polar. El sol se pone por última vez en noviembre y en algunas zonas no vuelve a salir hasta dentro de cuatro meses. En otras volverán a ver amanecer a partir de mediados o finales de enero de 2021. Todo depende de la latitud. Ocurre en la isla Svalbard, en el norte de Noruega y en muchas regiones del mundo que se enmarcan dentro del Círculo Polar Ártico como la gélida ciudad de Utqiaġvik, en Alaska.
Las hojas caen, los erizos se acurrucan y los búhos alzan el vuelo. Es una época de oscuridad en las regiones polares del planeta, y una oportunidad para que el hielo marino que ha alcanzado un mínimo histórico se reponga.
Ocurre por la rotación de la Tierra en relación con la posición del Sol. Nuestro planeta gira sobre un eje de alrededor de 23,5 grados. Esta inclinación axial se traduce periodos del año en los que el Sol no se eleva por encima del horizonte durante más de 24 horas dentro del Círculo Polar Ártico y el Círculo Antártico. En el Hemisferio sur se da entre marzo y septiembre.
Puede parecer deprimente, pero muchos residentes de las regiones que se sumen cada año en la ‘noche polar’ les parece un periodo encantador del año. De hecho, muchos turistas optan por esta época para hacer un viaje a las zonas más gélidas del norte de Europa y Norteamérica por las oportunidades que ofrece como, por ejemplo, una mayor facilidad para ver las espectaculares auroras boreales.
Además, hay que recalcar que no es una oscuridad plena la que se asienta en las regiones polares. Es, en cambio, una mágica luz azul que conocen por luz ártica, que eleva el misterio de estas regiones. Por ejemplo, en las ciudades noruegas de Svolvær y Harstad el Sol se colocará muy cerca del horizonte aunque sin llegar a rebasarlo, esto hará que durante unas horas se haga la misteriosa luz azul a pesar de que el Sol no será visible. Cuanto más te acercas al Polo Norte, mayor es la penumbra y menor es esta tenue iluminación.
Sin duda, tras un año que está siendo mucho más caluroso de lo normal en el Ártico, la noche polar es más necesaria que nunca. Una vasta área del Océano Ártico permanece libre de hielo al comienzo de noviembre, mucho más tarde de lo habitual en la temporada, y la extensión de hielo promedio mensual de octubre es la más baja del registro satelital, ha detallado el NSIDC (Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo estadounidense).