El Oceanogràfic de València ha registrado por primera vez en su historia una camada de tiburones grises, ocho crías de Alice, una mamá que vive en el acuario desde 2003, con cien kilos de peso y unos dos metros y medio de largo.
El nacimiento ha sido todo un acontecimiento biológico en el seno del Oceanogràfic dado que supone la madurez reproductiva y un evidente bienestar de los animales del hábitat de Océanos. Hasta ahora sólo se habían anotado nacimientos de grises en dos ocasiones puntuales, con un peso muy reducido, de madres primerizas.
En esta ocasión, los ocho pequeños, que han nacido con un peso medio de 1,4 kilos y unas medidas en torno a 45 centímetros de media, se han salvado de la posible depredación de otros animales gracias a la rápida intervención del equipo de Océanos, que tras detectar la primera expulsión, activó el protocolo de actuación y control urgente por el cual pudieron entrar en cuestión de minutos en el agua para recoger las crías.
Inmediatamente, fueron trasladados a la piscina médica donde se procedió a pesar y sexar (cinco hembras y tres machos) y a controlar su estado físico por el personal veterinario que aplicó un primer tratamiento preventivo de antibióticos y vitaminas.
Luego han sido trasladados al área de cuarentena en medio de todas las prevenciones posibles y en cubas protegidas en su interior para evitar fricciones traumáticas a los neonatos. Esa misma mañana ya comieron caballa cuatro de los tiburones y la madre, merluza.