Científicos e ingenieros del mundo se están poniendo las pilas para establecer una presencia humana en la Luna en busca de hielo de agua en sus polos. Esta minería que cada vez está más latente en la agenda de Donald Trump se plantea como un recurso del futuro próximo para las misiones espaciales.
La agencia estadounidense NASA se ha comprometido a devolver humanos a la Luna durante la década de 2020 bajo el programa Artemis, pero esta vez yendo un paso más allá. Quiere construir una base allí como precursora de las misiones tripuladas a Marte en la década de 2030. La idea es que las misiones lleguen más lejos, lo cual es un reto porque las naves se quedan sin combustible. Lo que interesa de la Luna es un material de sus cráteres polares: el hielo de agua.
Se puede convertir en oxígeno, agua líquida y… Combustible para cohetes. La explotación de las reservas de este recurso, que se cree que abunda en los cráteres permanentemente en sombra, podría ayudar a los astronautas a sobrevivir y prosperar en la superficie de nuestro satélite. Además de suponer una fuente de ingresos para los empresarios.
Un informe presentado en 2019 por un grupo de evaluación de expertos de la NASA, científicos lunares y abogados espaciales (en total 30 personas), establecía que este recurso, el hielo de agua que supuestamente abunda si se indaga en la Luna, podría dividirse en hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis. El oxígeno se usaría para sustentar la vida (de los astronautas), y el hidrógeno y el oxígeno se quemarían para la propulsión de sus cohetes.
Todo esto que hace unos años parecía una fantasía va siendo cada vez más real. Aunque llevará tiempo. “Aquí en la Tierra, para instalar una mina, puede llevar 20 años, y eso es en la Tierra”, le decía en octubre de 2019 Phil Metzger, físico planetario de la Universidad de Florida Central, a ‘The Verge’. "Entonces, cuando se habla de instalar una mina en la Luna, es más difícil, especialmente porque tenemos menos conocimiento del recurso y no tenemos experiencia en la realización de operaciones mineras en ese entorno", aclaraba.
La personalidad que se ha mostrado más interesada hasta el momento por esta ‘base de repostaje’ en la Luna es Donald Trump. El 6 de abril, el presidente estadounidense firmó una orden ejecutiva que reconoce formalmente los derechos de los intereses privados para reclamar recursos en el espacio, dando un paso más después de que Barack Obama aprobase en 2015 la Ley de Competitividad del Lanzamiento Espacial Comercial (CSLCA, o HR 2262).