La mayoría de humanos podríamos tener plástico en la sangre, según un nuevo estudio

  • Científicos de Holanda han hallado microplásticos en la sangre humana por primera vez

  • Más del 80 % de las muestras de sangre de voluntarios sanos contenía microplásticos

  • Las partículas diminutas de plástico podrían llegar a algunos órganos a través del torrente sanguíneo

Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de Holanda ha revelado que la mayoría de los humanos podrían tener microplásticos en la sangre. Es la primera vez que se realiza un análisis de este tipo.

Las partículas diminutas de plástico, tan pequeñas como 0,0007 milímetros, están llegando a todos los rincones del planeta. Han sido hallados en las montañas más altas, en los océanos más profundos e incluso en la atmósfera de la Antártida, colándose en las cadenas alimentarias que incluyen plantas, animales y también humanos.

Ya se han descubierto en heces de humanos, bebés e incluso en fetos antes de nacer. El nuevo experimento de científicos holandeses ha analizado la sangre de 22 voluntarios sanos, y encontró microplásticos en casi el 80 por ciento de ellos. Sus resultados se publican en la revista Environment International.

¿Qué plásticos se han hallado en la sangre?

El plástico encontrado en mayor medida es el tereftalato de polietileno (conocido como PET), que se usa para fabricar botellas de bebidas. Este se identificó en el 50 por ciento de los donantes de sangre para el experimento. El poliestireno, que se usa para empaquetar, se descubrió en el 36 %, seguido del polietileno, utilizado para hacer bolsas de la compra, que se encontró en el 23 % de los participantes.

Los microplásticos podrían afectar a algunos órganos

Los plásticos podrían haber ingresado al cuerpo a través del aire, el agua o los alimentos, pero también en productos como pastas de dientes, brillos labiales y tinta para tatuajes.

“El destino final de las partículas de plástico depende de si pueden eliminarse, por ejemplo, mediante filtración renal o excreción biliar, o si pueden depositarse en el hígado, el bazo o en otros órganos a través de capilares fenestrados y sinusoides”, enuncia el estudio.

Las muestras de sangre fueron insuficientes para confirmar la llegada de los plásticos a los órganos mediante el torrente sanguíneo, y cómo esto podría poner en riesgo la salud humana.