Luna es una pantera negra que nació en un zoológico de Siberia de la mezcla de un leopardo persa y un Amur. Por alguna razón su madre lo rechazó, y el parque no tenía los recursos para ofrecer a una cría lo que necesitaba, así que contactó con un rehabilitador de felinos experto. Meses después, el animal encontró el que sigue siendo su hogar.
‘Luna_the_pantera’, como lo han bautizado en las redes sociales, es bastante conocido ya especialmente en su país, Rusia. Su dueña es una joven llamada Victoria que desde pequeño le ha dado biberones y se está encargando de criarlo acorde a sus necesidades.
Con ella vive un rottweiler, Venza. Según ‘The Siberian Times’, cuando Luna llegó a casa por primera vez, Venza le lamió y le acogió como uno más, sin reparar en que era un enorme felino que generalmente no se relaciona con humanos y perros.
Las imágenes de ambos jugando en la nieve y paseando como amigos fieles están dando la vuelta al mundo.