La luna Europa de Júpiter es uno de los mundos candidatos en el sistema solar para albergar vida. Ahora, un grupo de científicos ha llevado a cabo una nueva investigación en un lugar de Groenlandia con las mismas características que la luna helada Europa, y sus resultados les hacen sospechar que su entorno es habitable, como se sospechaba. ¿Por qué lo creen exactamente?
La luna Europa alberga un profundo océano de agua salada que ha cautivado a los científicos durante décadas. Pero este océano no es como los de la Tierra: se encuentra encerrado por una capa helada que podría tener entre 10 y 30 kilómetros de espesor. Las investigaciones siempre se han centrado en el potencial del océano oculto para albergar vida, pero la nueva evidencia muestra que esta capa helada también podría ser habitable.
Científicos de la Universidad de Stanford (California) han penetrado el hielo en una región de Groenlandia con una "doble cresta" como las que se encuentran en Europa. Los datos recopilados en este lugar sugieren que la capa de hielo de Europa puede tener una gran cantidad de bolsas de agua debajo de características similares que son comunes en la superficie. Estos hallazgos se han publicado en Nature Communications.
"Debido a que el océano está más cerca de la superficie de Europa, donde obtienes sustancias químicas interesantes del espacio, otras lunas y los volcanes de Io, existe la posibilidad de que la vida tenga una oportunidad si hay bolsas de agua en el caparazón", dice en un comunicado el autor principal del estudio, Dustin Schroeder, profesor en la Escuela de Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente, Stanford Earth. "Si el mecanismo que vemos en Groenlandia es cómo suceden estas cosas en Europa, sugiere que hay agua en todas partes".
El hielo de las regiones polares de la Tierra está sujeto a lagos subglaciales dinámicos, estanques de deshielo superficial y conductos de drenaje estacionales, que producen mucha incertidumbre en las proyecciones sobre el aumento del nivel del mar para el futuro. Los investigadores estudiaban los efectos del cambio climático en el hielo de Groenlandia cuando se toparon con estas “crestas dobles” similares a las de Europa.
Estas crestas dobles son “cortes dramáticos en la superficie helada de Europa”, detallan los científicos de Standford, “con crestas de unos 300 metros, separadas por valles de aproximadamente media milla de ancho”.
Mediante análisis de datos de elevación de la superficie y radares de penetración de hielo recopilados entre 2015 y 2017 por la Operación IceBridge de la NASA, los investigadores revelaron cómo se produjo la doble cresta en el noroeste de Groenlandia cuando el hielo se fracturó alrededor de una bolsa de agua líquida presurizada que se estaba volviendo a congelar dentro del capa de hielo, causando que dos picos se eleven en la forma distinta.
"En Groenlandia, esta doble cresta se formó en un lugar donde el agua de los lagos y arroyos superficiales con frecuencia drena cerca de la superficie y se vuelve a congelar", explica la autora principal del estudio, Riley Culberg. "Una forma en que se podrían formar bolsas de agua poco profundas similares en Europa podría ser a través del agua del océano subterráneo que se ve forzada a subir a la capa de hielo a través de fracturas, y eso sugeriría que podría haber una cantidad razonable de intercambio dentro de la capa de hielo".
Este análogo en la Tierra lleva a pensar que la capa de hielo de Europa no es inerte, sino que experimenta una variedad de procesos geológicos e hidrológicos, incluida la evidencia de columnas de agua que emergen a la superficie.
El nuevo conocimiento sobre Europa ayudará a detectar rápidamente este proceso de formación de doble cresta utilizando un radar de penetración de hielo, que se encuentra entre los instrumentos actualmente planificados para explorar Europa desde el espacio.
La NASA está preparando ya los instrumentos para la misión Europa Clipper que explorará en profundidad la luna de Júpiter. El lanzamiento está planeado para 2024, y el objetivo será recopilar datos sobre su atmósfera, superficie y su interior con el fin de averiguar si tiene las condiciones óptimas para ser habitable.