La contaminación lumínica es una seria amenazada para la supervivencia de las luciérnagas. Un grupo de biólogos estadounidenses han alertado de que el aumento de bombillas LED, más brillantes que las normales, impacta en el acoplamiento de estos insectos, y advierten que el exceso de luz, junto a la pérdida de hábitat y el uso de pesticidas, ponen en riesgo su futuro.
Un equipo de investigadores, dirigidos por científicos de la Universidad de Tufts (Boston) con Sara Lewis a la cabeza, ha realizado este estudio con la colaboración de expertos de luciérnagas de todo el mundo para evaluar el hábitat de estos ‘gusanos de luz’ y los impactos que pueden llegar a mermar su población.
Sorprendentemente, los expertos se toparon con un factor inesperado, la contaminación lumínica, sobre todo, en aquellas zonas en las que utilizan bombillas LED, afecta a su apareamiento y, por lo tanto, el futuro de una especie en peligro de extinción.
Avalon Owens, otro de los expertos involucrados en este estudio, advierte del aumento de luz artificial nocturna desde el siglo pasado. "Además de interrumpir los biorritmos naturales, incluido el nuestro, realmente arruina los rituales de apareamiento de las luciérnagas", explicó.
Estos coleópteros polígafos, miembros noctámbulos de la familia de los lampíridos (escarabajos), dependen de la bioluminiscencia para encontrar y atraer a sus parejas, un cortejo que lleva a cabo durante la noche. Este trabajo ha demostrado que un exceso lumínico puede interferir en el proceso de emparejamiento. Es decir, una hembra (lampyris noctiluca) brilla durante horas para llamar la atención de un macho, pero en cielos iluminados sus perpectivas de éxito se ven radicalmente mermadas.
"Cambiar la iluminación tradicional por LED (energía eficiente y demasiado brillante) no está ayudando, ya que no es necesariamente mejor", puntualizó Owens. Las luciérnagas son uno de los insectos más extendidos por todo el planeta con más de 2.000 especies distintas. Pese a que todavía hay mucho trabajo de investigación por realizar, este estudio ha generado una serie de factores de riesgo para predecir qué especies son en estos momentos más vulnerables.
Por ejemplo, las hembras de Phausis Reticulata (luciérnaga fantasma azul de los Apalaches) no vuelan por lo que la pérdida de su entorno natural es un factor de riesgo muy significativo. "Cuando su hábitat desaparece, no pueden trasladarse a otro lugar", dijo otro de los coautores, J. Michael Reed.
Sin embargo, los biólogos se muestran optimistas por el enorme número de especies de todo el mundo y los últimos avances que se están realizando para identificar las amenazas. Existen algunas más robustas y fuertes capaces de vivir en cualquier lugar como las Big Dipper (Photinus Pyralis), muy presentes en Estados Unidos.
La tercera gran amenaza es el uso de pestizias en la agricultura. "Nuestro objetivo es poner este conocimiento a disposición de los administradores de las tierras, los responsables políticos y los fanáticos de las luciérnagas en todo el mundo”, añade Sonny Wong, de la Sociedad de la Naturaleza de Malasia, que espera que estos bellos insectos sigan iluminando las noches, que generaciones venideras puedan seguir disfrutándolos y que no pasen a formar parte de las especies en vías de extinción.
Asimismo, un estudio preliminar de la Universidad de Oxford advierte del peligro de extinción debido al turismo. Según la investigación, publicada en la revista Biological Conservation, estos insectos desaparecen a una velocidad ocho veces mayor que los mamíferos, aves y reptiles. Las atracciones turísticas, cuyo reclamo son los santuarios de luciérnagas, pueden ser una serio riesgo, sobre todo en países asiáticos y en zonas montañosas de Estados Unidos, una actividad que moviliza a más de 200.000 personas al año.