El lunes 19 de abril, el mundo asistió a un vuelo histórico: el del helicóptero Ingenuity en Marte. Durante 39 segundos, el dron de apenas 2 kilogramos logró ascender a tres metros sobre la superficie, enfrentándose a las condiciones extremas de la delgadísima atmósfera del Planeta Rojo, una hazaña que muchos creían irrealizable por varios motivos. El español Jorge Pla-García, investigador del equipo de tres misiones de la NASA a Marte, los desglosa para El Tiempo Hoy.
“La de Marte es la atmósfera más difícil para volar que conoce el ser humano”, apostilla este astrofísico, que ha participado en el diseño del instrumento MEDA (Analizador de dinámicas medioambientales de Marte), a bordo del Perseverance. Antes, colaboró en el desarrollo de REMS (la Estación de Monitoreo Ambiental que aterrizó con el Curiosity en 2012) y de nuevo en el de TWINS (misión InSight en 2018).
Sabían que no sería fácil. El vuelo del pequeño helicóptero ha sido el centro de atención para los ingenieros de la NASA desde el aterrizaje del Perseverance en febrero. Ayer aplaudían incrédulos cuando recibían el informe del rover: éxito. El Ingenuity vuela.
*Imagen del primer vuelo del Ingenuity captada por la cámara Navcam a bordo del Perseverance
Grosso modo, la atmósfera de Marte se compone casi al 100 % de dióxido de carbono y está plagada de polvo que tiende a broncear las imágenes que nos llegan del planeta tomadas desde la superficie. Pero eso no es lo que más complica un vuelo en Marte, ni siquiera la radiación o la temperatura extrema (de -87 ºC, según los últimos informes enviados por MEDA desde el cráter Jezero). La presión atmosférica promedio es de 6 a 7 milibares (menos del 1 % de la presión al nivel del mar en la Tierra), y la densidad es prácticamente nula.
“La atmósfera de Marte tiene unas 140 veces menos densidad que la terrestre. Para levantar cualquier cosa allí tiene que ser algo súper ligero… Y tiene que movilizar muchísima cantidad de aire”, explica el científico español.
Para ello, “el Ingenuity tiene unas aspas enormes, de 1,2 metros de diámetro, que rotan a una velocidad grandísima: las del vuelo de ayer iban a 2.500 revoluciones por minuto”, detalla.
Nuestros ojos en Marte han estudiado hasta el momento las condiciones en su atmósfera, en su interior y en su superficie. Entonces, ¿para qué queremos un helicóptero sobrevolando el Planeta Rojo?
“El Ingenuity es sólo un demostrador tecnológico, para comprobar si se podía hacer volar un helicóptero en Marte. En las futuras misiones robóticas y tripuladas tendrá varias aplicaciones. La más importante es ampliar el campo de visión”, desarrolla Jorge Pla-García.
Actualmente estamos limitados por la resolución de la cámara de los rovers en superficie, y por las cámaras en los satélites, por tanto un dron podría ofrecer un vistazo más claro, según ha explicado la agencia espacial en numerosas ocasiones. Además, si se llegara a fabricar uno lo suficientemente potente, podría sobrevolar montañas y barrancos con bastante facilidad que de otro modo resultan inaccesibles.
Aunque su empleo podría ir más allá. Por ejemplo, incluyendo tecnología en el helicóptero que sirviera a la investigación, “como sensores meteorológicos que midieran la temperatura o la presión a varias alturas, similar a un globo aerostático, para tener un perfil más exacto” de Marte.
Superado el vuelo inaugural, que fue según lo previsto, los expertos de la NASA pasan ya a preparar la segunda prueba. En total serán 5 a lo largo de 30 días marcianos o soles (alrededor de 31 días terrestres).
“Cada uno de los vuelos va a depender del éxito del anterior. El segundo será el jueves [22 de abril]. Este intentará no solo desplazarse en la vertical sino también en la horizontal hasta 5 metros”. A este le seguiría el tercero, que “se desplazaría en horizontal hasta 50 metros, en ambos casos volviendo al punto de despegue”, dice Pla-García. “Y, si hubiera un cuarto y quinto vuelo, el helicóptero se iría mucho más lejos y aterrizaría en zonas diferentes a las del despegue”, concluye.
Cuando terminen los 30 soles en los que el Ingenuity será el protagonista de la misión Mars 2020, los científicos del equipo volverán a centrar su atención en el rover Perseverance, cuyo cometido principal es el de recolectar muestras de rocas para un eventual regreso a la Tierra, con el fin de encontrar biofirmas (evidencia de Marte algún día albergó vida).