Vamos a trabajar cuatro horas al día, tres días a la semana. Así de claro lo ha dejado Jack Ma, CEO de Alibaba, la megacompañía de compras por Internet, así que "¿Para qué preocuparse por el trabajo?" ha preguntado Ma. Dejaba boquiabiertos a su compañero de escenario, Elon Musk, CEO de Tesla y a un auditorio de 300 selectos invitados al debate, entre ellos directivos de compañías como Microsoft, Intel o Qualcomm además de científicos de todo el mundo.
El encuentro entre Ma y Musk era la estrella del día en el WAIC ( Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial, por sus siglas en inglés) que se celebra en la ciudad china de Shanghái. Y no defraudó. Sobre todo porque dejó ver dos maneras de afrontar el futuro de la humanidad con la inteligencia artificial: la de Jack Ma encarnando una suerte de "estado Zen" oriental y la de Musk, con el estrés de alcanzar lo antes posible nuevos mundos. Sin química personal, estos han algunos de sus desencuentros y su única visión en común.
El CEO de Alibaba lo tiene claro: no. "¿Para qué queremos tantos empleos?" y se responde: "Creo que deberíamos trabajar tres días a la semana, cuatro horas al día". La jornada laboral de doce horas deja mucho tiempo para que, gracias a la Inteligencia Artificial "la gente disfrute de ser seres humanos", concluye Ma.
Aquí sí que el desacuerdo era total. Jack Ma desbordó con su hiperoptimismo recalcitrante. Las máquinas no pueden superar en inteligencia al humano que las crea por definición y es estúpido que un hombre se dedique a competir con las máquinas en determinados aspectos. Para Ma, "los ordenadores pueden ser inteligentes pero los humanos somos más listos". Llegó hasta el romanticismo asegurando que "las máquinas tienen chips y los humanos tenemos corazón". Musk entró al trapo como un auténtico Miura: "claro que no" "se suele minusvalorar la inteligencia artificial, se dice que es como un humano inteligente, pero es mucho más que eso" y añade, "el error más común de los investigadores es que piensan que son inteligentes y no lo son comparados con la inteligencia artificial" y predice: "La inteligencia artificial va a ser muchísimo más inteligente que el ser humano más inteligente que conozcan".
Aquí Musk pasó palabra...nada de lecciones magistrales en las aulas ni de conferencias, que no le gustan. Aunque comparte el análisis de que hay que cambiar el sistema educativo, no aportó. Para Ma la solución es fomentar la creatividad: más arte en las aulas y adiós a una educación pensada para la era industrial que está caduca.
Jack Ma apretó a Elon Musk "necesitamos un héroe como tú pero necesitamos, aún más, héroes dispuestos a mejorar las cosas aquí en la Tierra" y tiró de humor "no necesito viajar a Marte, vengo de Marte". Para Musk, inmerso en la aventura de la conquista de marte con su empresa Space - X, queda poco tiempo para la conquista del planeta rojo. "Es la primera vez en los 4.500 millones de años de historia de nuestro planeta que vamos a ser capaces de extender la vida terrestre fuera. Debemos asegurar su futuro, para que la luz de la conciencia no se extinga" ha asegurado Musk, rozando el enfado.
Ambos ponen fecha al "colapso" de la población mundial. Con las tasas de natalidad actuales llegará en dos o tres décadas. Ninguno entiende que la inmigración sea un problema y lo dice, más gráficamente, Musk: "¿Inmigración? ¡Marte necesita gente!". Eso y dos apretones de manos fueron las pocas veces en los que el hombre más rico de china y el audaz emprendedor estadounidense conectaron.