El paradisiaco archipiélago de las Maldivas, conocido por sus resorts de lujo y uno de los destinos más populares para las lunas de miel, podría desaparecer a final de siglo. El aumento del nivel del mar amenaza con tragarse las 1.196 islas e islotes que lo componen antes del año 2100 si no se revierte el cambio climático.
Los líderes del mundo debaten actualmente en la Cumbre del Clima en Glasgow medidas para poner freno a los efectos del calentamiento global en las zonas más amenazadas del planeta, como son las Maldivas.
"Estamos pagando con nuestras vidas por el carbono que emitió otra persona", dijo en la COP26 Mohamed Nasheed, ex presidente de Maldivas, en representación de casi 50 países son vulnerables a los efectos del cambio climático.
Maldivas es el país más bajo del mundo y Nasheed dijo que las proyecciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU serían "devastadoras" para la nación, poniéndola al "borde de la extinción", recoge la BBC.
El archipiélago se encuentra ubicado al sudoeste del extremo sur de la India. Sus más de mil islas se alzan apenas un metro sobre el nivel del mar, lo que las hace particularmente vulnerables ante cualquier cambio en las aguas del Índico. Según el gobierno de Maldivas, el océano se eleva al menos 9 milímetros al año, con lo que las islas podrían inundarse completamente en menos de un siglo. De hecho, el 90% de las islas ya se han visto afectadas por las inundaciones en alguna ocasión.
La capital nacional, Malé, donde se concentra la mayor parte de los 450.000 habitantes de Maldivas, estuvo protegida de las inundaciones un tiempo con un muro de tres metros de alto. Este muro, que costó decenas de millones de dólares, fue financiado por Japón y tardó 14 años en construirse, pero un tsunami se cargó la mayor parte de la estructura y hoy sería inviable que pudiera enfrentar un aumento significativo del nivel del mar.
El gobierno del país ha aprobado recientemente medidas con el objetivo de reducir el 26% de sus emisiones y lograr para 2030 cero emisiones de carbono, y ha iniciado conversaciones con los dirigentes de Sri Lanka e India para garantizar la seguridad de sus ciudadanos en caso de tener que evacuar las islas y convertirse en “refugiados climáticos”.
Se estima que diariamente se desechan 860 toneladas de objetos en las Maldivas, de los cuales un alto porcentaje está formado por plásticos como bolsas y botellas. Y eso no es todo. Aunque la pesca con red no es la más popular en las islas, redes flotantes llegan a sus playas desde Sri Lanka e India y perjudican a la vida marina y la vegetación, además de liberar químicos tóxicos al mar.
La única vía para frenar el feliz desenlace de Maldivas sería, como se acordaron más de 190 gobiernos en el Acuerdo de París de 2015, limitar el calentamiento global a 2 °C o idealmente 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. No obstante, todos los escenarios planteados para final de este siglo son peores a menos que las emisiones de carbono se reduzcan drásticamente.