El Open de Australia ha revolucionado el mundo de los derechos deportivos con una ingeniosa solución que combina IA y nostalgia: han convertido a los tenistas en avatares virtuales, con una estética que recuerda a los viejos tiempos de la Wii. El éxito es notable: más de 150.000 espectadores se conectaron a la retransmisión del partido de tenis entre Andrey Rublev y Joao Fonseca en YouTube, por ejemplo. Todo ello pese a estar viendo una recreación virtual de sus jugadas en tiempo real (algunas veces, con algunos movimientos forzados o poco naturales).
Esta solución no es nueva, ya que otros torneos deportivos como la NFL y la NBA han convertido a sus jugadores en personajes de Nickelodeon y de Disney, respectivamente.
¿Por qué han optado por esta vía tan original? En primer lugar, está el tema de los derechos de emisión. Un torneo internacional como este ingresa millones de dólares por este concepto. Además, en función del área geográfica, los derechos de emisión pertenecen a diferentes canales. Aquí en Europa los derechos son de Eurosport, mientras que para Estados Unidos los tiene ESPN, según informa TechRadar.
Para fidelizar a nuevos espectadores, especialmente teniendo en el radar a los más jóvenes, esta innovadora solución permite ‘sortear’ los conflictos relacionados con los derechos televisivos. Al final, lo que hacen al añadir nuevas capas digitales que cambian por completo el producto. De esta manera, las empresas no pueden argumentar que se está emitiendo el partido en abierto por internet, porque técnicamente no se están difundiendo imágenes reales.
Y también puede incluso beneficiar a los titulares de los derechos, ya que estos nuevos aficionados podrían acabar consumiendo los partidos originales directamente en sus plataformas.
La recreación virtual de los partidos del Open de Australia se basa en la combinación de tecnologías de captura de movimiento, inteligencia artificial y gráficos 3D. Mediante sensores y cámaras, se registra el movimiento de los jugadores reales en la pista. Esta información es procesada por un sistema de inteligencia artificial que genera en tiempo real los movimientos de los avatares, representados como modelos tridimensionales con la estética de Wii Sports. Por eso en algunos casos los movimientos son inexactos.
El caso del Open de Australia demuestra que la innovación tecnológica y la creatividad pueden desafiar las normas establecidas y abrir nuevas posibilidades en la retransmisión deportiva. El debate sobre la legalidad, la ética y el impacto de estas innovaciones continuará en los próximos años, a medida que el deporte y la tecnología sigan evolucionando.
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