Con la popularidad que ha llegado a tener, ChatGPT se ha convertido en la herramienta de IA más conocida. En la actualidad, más de 200 millones de usuarios realizan alguna consulta cada semana. Esta popularidad, sin embargo, contrasta con la cuenta de resultados de la empresa, que ha perdido miles de millones de dólares este año.
De entrada, ofrecer un servicio como el de ChatGPT tiene un coste diario aproximado de 700.000 dólares, según diversas fuentes con conocimiento en el sector. Esto se debe principalmente a los recursos de computación que consume el chatbot con cada pregunta que se le realiza. Sin embargo, gran parte de la popularidad de este servicio se debe precisamente a su gratuidad. Es decir, la posibilidad de usarlo sin pagar a cambio. Sin ir más lejos, ya han creado un chatbot de Whatsapp para usarlo directamente desde esa aplicación.
Volviendo a los números, se estima que la compañía estaría gastando otros 3 mil millones en entrenar modelos. Esto es, en tejer las redes neuronales que luego se usarán para ofrecer las respuestas.
Al ritmo con el que consumen el dinero, se calcula que la compañía podría perder alrededor de 5 mil millones de dólares a finales de 2024, pese a ingresar 3.700 con las suscripciones – según informa el medio especializado The Information–. Esto es un gran quebradero de cabeza para la dirección de la empresa, que está buscando maneras de optimizar recursos, pero también de aumentar sus ingresos.
En esta línea, han anunciado recientemente el lanzamiento de un plan Pro de 200 dólares mensuales para acceder a un modelo exclusivo, o1 Pro, que usaría un mayor tiempo de computación. Según han explicado, esta suscripción iría destinada a aquellos usuarios o empresas que requieran tareas más intensivas de razonamiento.
Al final, la subida de precio es inevitable. Desde la compañía, incluso se plantean lanzar un plan de 2.000 dólares mensuales específicamente diseñado para organizaciones y empresas. Eso sí, admiten que deberían justificar muy bien su precio: los modelos a los que daría acceso tendrían capacidades superiores. Es decir, sería una IA capaz de realizar en términos de productividad lo mismo que un trabajador humano y, por tanto, debería remunerarse de la misma forma.
OpenAI está consolidando un activo que es mucho más valioso que el dinero, en este momento de su desarrollo: los usuarios activos. Muchas empresas tecnológicas tienen que perder al principio para luego poder ganar, y esto se producirá en gran medida en función de la capacidad que tengan para desarrollar un modelo de negocio efectivo.
Un caso paralelo fue el de YouTube, que perdía también grandes cantidades de dinero. Finalmente, Google lo adquirió y logró encontrar un modelo publicitario que apuntaló el negocio. Lo que no parece descabellado es que el precio de las suscripciones de IA suba a medida que los usuarios la incorporan en su rutina. ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar?
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