Desde hace unos días, diez robots con inteligencia artificial se han ‘incorporado’ al equipo del hospital Sant Joan de Déu en Barcelona. La idea es facilitar la interacción entre los médicos y los niños con enfermedades neurológicas graves y necesidades paliativas. “Este proyecto al final busca que los pacientes pediátricos, a través de la tecnología, puedan quedarse el mayor tiempo posible en sus casas y así estar más cómodos”, explica Magí Dalmau, jefe de la Línea de Robótica Cognitiva de Eurecat, el centro que ha impulsado este robot social.
Las interacciones se realizan a través de una tablet que está acoplada al dispositivo y que cuenta con inteligencia artificial para generar el diálogo. Los niños responden a las preguntas, tanto por voz como seleccionando las opciones en los formularios a través de la tablet, y los profesionales sanitarios pueden consultar el informe a través de una plataforma virtual. De esta manera pueden seguir su evolución sin necesidad de que acudan al hospital.
Al final se trata de un dispositivo “que podríamos definir como un robot simpático”, ya que dispone de una pantalla con una cara que le permite “tener un comportamiento más empático con el usuario”, mostrando expresiones faciales. Eso es clave también para mejorar la experiencia de los niños “que muchas veces tienen miedo y están muy tensos y, en cambio, pueden interactuar mejor con un dispositivo que casi parece un juego”.
El cuerpo del robot está fabricado con una impresora 3D, aunque la tablet es la que incorpora el software que facilita la interacción. Este sistema les ha permitido crear un prototipo en poco tiempo, pero también lo han elegido pensando en que “tiene que ser una tecnología asumible económicamente para el sistema sanitario, que tiene recursos limitados”, razona Dalmau.
Para desarrollarlo han contado en todo momento con la ayuda de los propios profesionales médicos del hospital, que han ido proporcionando ‘feedback’ en función de las necesidades. Los siguientes pasos irán en la línea de “mejorar la inteligencia del robot” para que pueda adaptarse mejor a cada caso e interaccionar de manera más natural, señala Dalmau.
Pensando en llegar a más pacientes, la idea es que, a medida que vaya creciendo el proyecto puedan conversar “con otros agentes, en España y Europa, que puedan contribuir a esta iniciativa” para adoptarla en más hospitales. Además no está limitada a estos casos concretos de la prueba, sino que se puede usar “en cualquier paciente que necesite monitorización y que le convenga estar en su hogar en vez de acudir a un centro sanitario”.