Ocho meses después del caso de Almendralejo las aplicaciones de desnudos falsos campan a sus anchas por Internet

Los 15 menores de Almendralejo que usaron una aplicación de Inteligencia Artificial para crear y difundir desnudos falsos de niñas, compañeras y amigas suyas, se enfrentan ahora a un año de libertad vigilada y a la obligación de asistir a cursos de reeducación. El caso fue muy polémico y trascendió internacionalmente pero no ha servido de momento para controlar el uso que hacen los menores de internet. Las aplicaciones de este tipo se han multiplicado sin que se haya avanzado en el acceso controlado o incluso en la prohibición. Hay expertos que creen que si su uso mayoritario es ilegal, pueden prohibirse.

Condena a los jóvenes

Miriam Al Adib es la madre de una de las niñas afectadas por la difusión de imágenes de desnudos falsos en Almendralejo. Aún recuerda la noche que llegó a casa y su hija, angustiada, le mostró la foto falsa de su cuerpo desnudo que circulaba por los grupos de WhatsApp de sus amigos. No lo dudó. "En ese momento le dije: tranquila, hija, que tú no tienes la culpa de esto que ha pasado. Esto se denuncia, y sin miedo", recuerda Miriam. Esta madre, ginecóloga y divulgadora científica, comenzó entonces su cruzada para defender a las menores. Porque no se trataba sólo de su hija, había más niñas afectadas. Incluso les mandó a ellos un mensaje advirtiéndoles de que habían cometido un delito. Hoy está conforme con la pena que propone la Fiscalía de Menores: un año de libertad vigilada y cursos obligatorios de reeducación en igualdad y en el uso de redes sociales. Están acusados de pornografía infantil y de vulneración del derecho a la intimidad. La intención de Miriam no es que sean castigados sino que aprendan, aunque la decisión aún está pendiente del resto de denunciantes. Concluye que este caso no es el de Almendralejo, sino el del mundo entero, porque a partir de esta denuncia se descubrió que estaba ocurriéndoles a muchas mujeres. Hoy Miriam forma parte del grupo de 50 expertos que asesoran al Gobierno sobre los problemas de los menores e Internet.

Aplicaciones de desnudos

Un castigo penal a estos chicos que no va parejo al sufrido por los responsables de la aplicación utilizada para desnudar ilegalmente a las niñas. Hay infinidad de páginas parecidas y para utilizarlas el único requisito es asegurar que se tienen 18 años y que la persona a desnudar ha dado su consentimiento. A partir de ahí, declaran que el único responsable es el usuario. "El 99 por ciento miente, claro", asegura Borja Adsuara, profesor de Economía Digital de la Universidad Villaverde. Está convencido de que estas aplicaciones son perseguibles legalmente. "La mayoría de casos son sin consentimiento y el código penal dice en los delitos contra la intimidad que si un programa de software sirve principalmente para cometer delitos contra la intimidad, puede perseguirse penalmente... Unas aplicaciones dirigidas principalmente para un fin delictivo, lo que hay que hacer es perseguirlas, bloquearlas... Subir una foto a una red social y darle a una tecla y desnudas a quien quieras. estoy convencido de que a solas en su casa muchísima gen te, sobre todo hombres, estarán experimentando con fotos de sus amigas, compañeras de trabajo. Y eso es lo peligroso, que no tengan la noción de que esto es delito".

Jóvenes e internet

Un problema que viven cada día psiquiatras y psicólogos que trabajan con jóvenes. Como Manuel Faraco, de la clínica Adalmed, especializada en trastornos alimentarios. Propone sentencias alternativas y castigos que los alejen de las redes sociales. "En vez de un año de libertad vigilada, sería muy positivo que estuvieran 6 meses sin redes sociales". Está completamente convencido de los estragos que causa internet y las redes en los más jóvenes. Cree que sería fácil controlar el mal uso de estas aplicaciones, como la de los desnudos fake, "pero no se hace, ¿por qué? Para aumentar su uso. Porque si hay una limitación, se van a usar menos y ellos van a ganar menos dinero". Sobre los requisitos es de risa, es hacer un paripé. Un menor que ve el requisito de los 18 años hasta estimula más, es una tomadura de pelo. El problema aquí es la regulación de entrada en estas redes sociales y en quién gana más dinero con esto. Por un lado están las propias aplicaciones pero sobre todo, las empresas de las redes sociales".

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