Las aplicaciones de la inteligencia artificial (IA) abarcan cada vez un mayor número de ámbitos. Su uso en medicina puede salvar vidas; en el arte, ofrece posibilidades que no hubiéramos imaginado y su avance ya sustituye tareas que antes hacían los humanos, ahorrando tiempo y dinero. Aunque tiene múltiples beneficios, no todo el mundo ve con buenos ojos esta tecnología. Así ocurre en el estado de Texas, donde van a comenzar a corregir exámenes con la IA.
La Agencia de Educación de Texas (TEA, por sus siglas en inglés) va a contar con la IA para corregir una alta carga de exámenes. Con ello va a ahorrar unos 15 millones de dólares (en euros, 14.072.025) anuales al estado norteamericano, ya que prevén reducir de 6.000 a 2.000 profesores contratados para esta tarea solo en 2024.
En concreto, este nuevo ‘profesor’, que utiliza la tecnología del procesamiento de lenguaje natural, va a evaluar los exámenes STARR, unas pruebas que miden si los estudiantes han adquirido los conocimientos requeridos en el año escolar y están listos para promocionar al siguiente, según publica ‘Texas Tribune’. La prueba incluye menos preguntas de opción múltiple y otras abiertas.
La IA va a corregir los exámenes y, posteriormente, una persona verificará si ha puntuado correctamente. Si la IA no entendiese alguna de las respuestas, se marcará y se asignará a una persona para que sea esta quien la evalúe. Además, de no estar conforme con la nota, se puede solicitar una revisión del examen pagando 50 dólares.
Esta noticia ha generado un debate en la comunidad educativa. Carrie Griffith, especialista en políticas de la Asociación de Maestros de Texas, cree que este sistema “no es algo en lo que los padres o los maestros vayan a confiar".
Entre otras cosas, se teme que el ordenador pueda "perder ciertas cosas que un ser humano tal vez no pueda pasar por alto", señala el superintendente de Round Rock ISD, Hafedh Azaiez.
Por ejemplo, podría dejar de valorarse la originalidad en los escritos, apunta Kevin Brown, director ejecutivo de la Asociación de Administradores Escolares de Texas y ex superintendente de Alamo Heights ISD.
Desde la TEA defienden que hay un control de calidad. "Siempre hemos tenido procesos de control de calidad muy sólidos con humanos", indica Chris Rozunick, director de la división de desarrollo. Y ahora, con este sistema de corrección, tanto Rozunick como otros trabajadores, revisarán un resumen de los resultados para verificar que coincidan con lo esperado.
Insisten en que a pesar de que utilice tecnología similar a los chatbots como GPT-4 o Gemini de Google, el proceso siempre contará con una supervisión sistemática por parte de humanos. No “aprenderá” de una respuesta a la siguiente, sino que siempre se remitirá a su programación original establecida por el Estado. "Estamos muy lejos de cualquier cosa que sea autónoma o que pueda pensar por sí sola", asegura.
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