A pesar de todos los avances conseguidos por la inteligencia artificial (IA), por ejemplo en el mundo médico, con una menor radiación de las radiografías en los pacientes, no existe actualmente ningún sistema eficaz para sustituir a una tripulación bien entrenada y experimentada a los mandos de los aviones comerciales.
Sin embargo, varias aerolíneas y fabricantes de aeronaves presionan ahora a los reguladores para que en la cabina del avión haya tan sólo un comandante en vuelo. Una posible temeridad que mermaría, notablemente, la capacidad de respuesta humana ante cualquier emergencia. Por otra parte, Vueling ha implantado el reconocimiento facial para embarcar en algunos aeropuertos españoles.
Los principales sindicatos y las asociaciones de pilotos tanto nacionales como internacionales denuncian que se están dando pasos para reducir su presencia en cabina. Un cambio crítico que pondría en riesgo, aseguran, la seguridad aérea.
Los motivos nos los cuentan sus portavoces desde un centro de entrenamiento de simulación de vuelo. Tanto Daniel Escohotado, vicepresidente de Sepla (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas), como Juan Carlos Lozano, vicepresidente de Ifalpa (Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas), tienen 30 años de experiencia en cabina y más de 20.000 horas de vuelo a sus espaldas.
Escohotado, en el objetivo de demostrar lo esencial que es el trabajo de ambos comandantes a los mandos en cualquier aeronave de pasajeros, explica que "los dos pilotos, siempre, comprobamos todo en el avión".
Lozano añade que "si en cualquier momento él cometiese un error tengo que anunciárselo o, si veo que por alguna razón tiene algún desvanecimiento, soy capaz de tomar el control del avión inmediatamente y llevarlo con seguridad al suelo. Eso es lo que estamos perdiendo si quitamos un piloto de la cabina".
Además, Lozano apunta que "si ocurre algún problema, el avión tendría que detectarlo y hacerse con el control, lo que llevaría un tiempo que probablemente puede ser catastrófico".
Es el despegue hacia un destino en el que la inteligencia artificial podría reemplazar al copiloto. "Si han hackeado el Pentágono, ¿cómo no van a poder hackear un avión?", se pregunta Escohotado.
Lozano aclara que "no es una cuestión de ir en contra de la tecnología, al contrario. Los pilotos nos beneficiamos de la tecnología y, de hecho, la seguridad ha aumentado gracias a ella. El problema es que estamos intentando aplicar una tecnología que no existe hoy en día".
Un planteamiento, el de emplear la IA para sustituir a los pilotos, que achacan exclusivamente a un interés económico. "No puede ser que por un 2% vayamos a eliminar la seguridad en cabina", denuncia el comandante Escohotado.
Para el regulador europeo, que estudia su aplicación, se limita de momento a un proyecto sin fecha que tendrá que demostrar todos los niveles de seguridad.
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