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El rocambolesco viaje de ida y vuelta de Sam Altman, cofundador de OpenAI, despedido como CEO de la empresa y readmitido cuatro días depués, esconde el temor a que la compañía haya desarrollado un sistema de IA mucho más poderoso que su famoso ChatGPT. Los trabajadores se habrían dirigido a la dirección alertando de los peligros de Q* (Q star) para la humanidad, algo que estaría detrás del despido de Altman, según informa El País citando a fuentes de Reuters.
Cuenta la agencia británica que varios investigadores de OpenAI mandaron una carta a la dirección alertándoles de las poderosas implicaciones de un descubrimiento en Inteligencia Artificial que podría amenazar a la humanidad. El escrito es otro elemento de confusión en este culebrón ya que hay otros medios como The Vergue que niegan que la junta hubiese recibido el documento con la advertencia.
The New York Times también entra de lleno en esta pelea en la cúpula de la Inteligencia Artificial. Según este medio, una batalla abierta entre crecimiento y seguridad estaría detrás de este 'Juego de Tronos' en la dirección de OpenAI. A favor del crecimiento y de los números estaría el propio Sam Altman, mientras que al frente de posturas más prudentes y conservadoras estaría Ilya Sutskever, director científico de OpenAI.
La batalla entre estos dos impulsores de la IA habría terminado con la victoria de Altman al que Sutskever primero criticó para después rectificar y apoyar su regreso a la empresa.
Los redactores del documento de alerta sobre los peligros de la AI para la humanidad señalan a Q* como un "gran avance en la búsqueda de lo que se conoce como Inteligencia Artificial General (AGI por sus siglas en inglés). Se trata de un sistema autónomo que según la agencia británica "supera a los humanos en la mayoría de las tareas económica valiosas" ya que también tiene la capacidad de razonar, hacer jucios y aprender de forma natural.
Los expertos en IA afirman que lo que se conoce como 'Q-learning' es, básicamente, un algoritmo que ayuda a los desarrolladores a aprender las mejores acciones a realizar en un estado determinado para maximizar una recompensa, por lo que piden que nos preparemos para su impacto en todas las esferas ya que encierra al mismo tiempo la posibilidad de generar enormes beneficios o plantear riesgos importantes, por lo que es esencial garantizar que se implementen medidas de seguridad sólidas.
Al fin y al cabo se trata de empresas que se juegan su futuro en un mercado muy competito en el que, como ha demostrado la crisis en la cúpula de OpenAI, miles de millones de acciones han hecho un viaje de ida y vuelta generando enormes beneficios a unos o grandes pérdidas a otros.
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