La inteligencia artificial se cuela en el gimnasio: entrenadores virtuales, gamificación y rutinas inmersivas personalizadas
La inteligencia artificial ha llegado también a los gimnasios: en Texas un centro presume de experiencias inmersivas y personalizadas con "entrenadores virtuales"
En este centro los usuarios pueden personalizar su entrenamiento eligiendo la intensidad, la música, la voz de la IA y si será individual o en grupo
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La inteligencia artificial continúa avanzando a pasos agigantados y no deja de alcanzar cada vez a más sectores. Ejemplo de ello es uno de los últimos gimnasios abiertos en Texas, donde presumen de haber decidido integrarla para sumergir a sus clientes en toda una experiencia interactiva.
Aunque no todos lo ven con buenos ojos, dado que, en esencia, –salvando distancias e importantes matizaciones–, la IA hace las veces de un instructor, lo que estaría quitando puestos de trabajo, otros ven en ello una novedosa forma de aprovechar su potencialidad para integrarla dentro de la rutina de sus ejercicios.
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Es esto último lo que defienden los fundadores de Lumin Fitness, que se apresuran a matizar que este sistema lo comparan “con ser más como un asistente de vuelo que un entrenador real”, por lo que recalcan que sus clases, lejos de estar guiadas únicamente por la inteligencia artificial, cuentan con una supervisión.
“Quieres que haya alguien ahí si sale algo mal, pero el entrenador de IA es el que da la retroalimentación de la forma, la motivación, y explica cómo hacer los movimientos”, apuntan.
En este sentido, eso sí, expresan que, aunque cada clase está supervisada por un profesional del fitness, este no necesita ser necesariamente entrenador; algo que por otro lado reabre las puertas a distintos debates.
¿Qué atractivos plantea este gimnasio con inteligencia artificial?
Concretamente, el Lumin Fitness, que en su propia página web se presenta como ‘el estudio de fitness más inteligente del mundo’, con “las últimas tecnologías más avanzadas para ofrecer unas rutinas de ejercicio inmersivas únicas”, cuenta con una IA que guía a través de una gran pantalla LED en la rutina de entrenamiento.
Inaugurado en Las Colinas, Texas, como cabe esperar todo su sistema está perfectamente informatizado y digitalizado para que el usuario, desde su smartphone y con la aplicación del gimnasio, pueda acceder a toda una selección de entrenamientos con todo lujo de detalles para su personalización.
De ese modo, puede escoger tanto un programa de entrenamiento individual como una clase en grupo, la dureza y la intensidad de los ejercicios a recibir, la música de acompañamiento que quiere escuchar e incluso la voz de la inteligencia artificial que hará las veces de entrenador virtual, masculina o femenina.
En el espacio dedicado para la experiencia más inmersiva pueden estar hasta 14 personas al mismo tiempo, y en el lugar son unos sensores los que se encargan de analizar los movimientos de los clientes, así como el equipo del gimnasio, y todo a través un avanzado algoritmo basado en modelos de aprendizaje automático.
Un gimnasio con entrenadores virtuales y una experiencia personalizada al estilo de un videojuego
Según sus fundadores, con esta integración avanzada de la inteligencia artificial en las rutinas de entrenamiento, esperan que la gente se vea animada a probarlo y que sea beneficioso para quienes quizás antes se sentían desmotivados o intimidados a la hora de acudir al gimnasio.
Más allá, para hacer la experiencia todavía más inmersiva, además de más personalizada, junto a los distintos modelos de entrenador virtual existentes, –cada uno con su nivel de exigencia y con la capacidad de adaptarse al ritmo de los usuarios–, han incorporado todo un sistema de puntos de lo más visual, haciendo que al mismo tiempo el entrenamiento sea como estar en una especie de videojuego.
Sea como sea, el debate también está servido, porque hay quien pone en duda si reducir la interacción con profesionales especializados es lo más correcto también en estos entornos, donde esa ayuda que puede ofrecer un monitor en un momento clave del ejercicio, –como esas repeticiones ejecutadas al fallo–, puede no tener igual.