Este espejo es nuestro probador. Introducimos las medidas, identifica nuestra talla, nos enseña cómo queda la prenda, nos sugiere otras y permite hasta pagar. Esto ha llegado al textil con la IA, que supone una revolución para el sector. "Pasar de una industria 'push', en la que propongo productos al mercado y espero que funcionen a una industría más 'pull', en la que primero entiendo qué necesita el cliente y luego le doy el producto", explica el consultor digital de moda Borja Cembrero. "Es un círculo corto, rápido, pero casi sin 'stock'", apunta la consultora Coro Saldaña.
Una especie de confección a medida a escala con más opciones y mucho ahorro de tiempo. El panel de inspiración con muestras físicas pasa a ser digital. Se sondea el mercado sin producir, lo que permite a los creadores "ser más valientes" a nivel creativo, según Coro Saldaña.
Para probar las prendas, los avatares. Y ya hay tecnología para buscar, con una simple foto, algo similar a lo que nos gusta en la calle.
Una moda que ahorra puntadas en beneficio del bolsillo y de la sostenibilidad.