Italia se planta ante el avance de la inteligencia artificial y es, además, el primer país occidental en hacerlo, creando un precedente para otras naciones, sobre todo en el ámbito europeo. Se ha suspendido el uso del chatbot que responde a frases escritas o pronunciadas por el usuario, creado una conversación, el llamado ChatGPT, tras un comunicado por parte del Garante italiano para la Protección de Datos Personales, Garante della Privacy, que ha determinado que, presuntamente, la herramienta recoge de forma ilícita datos personales. Se abre así, además, una investigación sobre el funcionamiento de la misma y, por ahora, hasta que se verifique si cumple los mínimos establecidos a nivel de privacidad, será completamente inaccesible desde territorio italiano.
Se censura “la falta de una informativa a los usuarios y a todos los interesados cuyos datos son recogidos por OpenAI -la organización estadounidense de inteligencia artificial que es dueña de ChatGPT-, pero sobre todo la ausencia de una base jurídica que justifique la recepción y la conservación masiva de datos personales, con el objetivo de “adiestrar” los algoritmos que sustentan la plataforma”. El Garante italiano establece además, que, en muchas ocasiones la información facilitada por la herramienta “no se corresponde con los datos reales” lo que hace pensar que hay un tratamiento de la información personal “inexacto”. En conclusión, el uso de datos y su interpretación es para el organismo italiano un mecanismo poco preciso y esto genera graves problemas en su utilización.
Además se señalan los escasos controles para el acceso a la herramienta. El servicio está inicialmente dirigido a mayores de 13 años, pero no se encuentran filtros ni barreras para la verificación de edad lo cual expondría a los menores a un ambiente “no adecuado a su nivel de desarrollo y autoconocimiento”, según el Garante. Se alerta así de la exposición que los menores pueden sufrir ante el uso de la herramienta debido a los pocos marcos de control que prevé la misma.
Debido a todo lo establecido por la autoridad independiente que vela por los datos personales en Italia, se pidió este pasado viernes a OpenAI que comunicase dentro de veinte días las medidas tomadas para responder a todas las peticiones del Garante. Si el resultado no es satisfactorio y no se cumplen los requisitos determinados por Italia en cuanto a la protección de datos personales, se castigará a la empresa americana una sanción administrativa. Como respuesta, en un comunicado, OpenAI ha anunciado la suspensión del servicio debido a la orden italiana y que trabaja ya para que la utilización “se restituya lo antes posible”.
Llegó también la respuesta por parte de uno de los fundadores de OpenAI y su actual CEO, Sam Altman. Comentó lo sucedido en Italia en un tuit en el que defiende la herramienta y explica que ellos creen que no se viola ninguna ley de privacidad. Añadía además que era uno de sus países preferidos y que está deseando volver a visitarlo pronto.
¿Qué ocurre ahora?
A quien intente acceder le aparecerá automáticamente un mensaje que explica las restricciones establecidas tras el comunicado del Garante della Privacy. Así lo explicado en Twitter Agostino Ghiglia, que forma parte del Consejo de la organización italiana, donde valora como "respetuosa" la decisión de clausurar la herramienta por parte de la empresa americana hasta realizar los controles requeridos. OpenAI ha aclarado ya a los usuarios que estaban suscritos a sus servicios que se les será restituido el coste correspondiente al mes de marzo y que, además, se bloqueará la renovación automática para los meses sucesivos.
¿De dónde sale y qué es exactamente el ChatGPT?
Presentado a finales de 2022 por la empresa americana OpenAI, ChatGPT se convertía en una inteligencia artificial diferente a las que conocíamos hasta el momento. Su principal utilidad es que consigue simular conversaciones humanas con los usuarios y, desde su lanzamiento, su notoriedad internacional ha sido muy significativa. En medio de un debate internacional sobre el uso de la inteligencia artificial y sus límites, su lanzamiento no ha estado exento de interrogantes. Aún así, en solo cinco días, llegó a un millón de usuarios.
La propia empresa nace en 2015 de una idea de Sam Altman, ya conocido como un gran inversor de Silicon Valley, con el gigante de Tesla Elon Musk. Ambos compartían una preocupación sobre el futuro de la inteligencia artificial y sobre cómo podría afectar al funcionamiento de nuestra sociedad tal y como la conocemos. Fundan juntos OpenAI, como una organización sin ánimo de lucro con el objetivo de desarrollar una “inteligencia artificial amigable”, pero, con los años, y el gran incremento competitivo en el sector, especialmente por Google, Musk se alejó del proyecto y la falta de financiación terminó por materializarse en un acuerdo con Microsoft. La percepción generalizada es que ha perdido su objetivo inicial, con un enfoque abierto y académico sobre la materia de la inteligencia artificial, y que es una empresa más en un mercado que avanza de forma feroz y del que conocemos muy poco.
Las dudas a nivel internacional acorralan el sistema GPT (las siglas del modelo lingüístico Generative Pre-Trained Transformer), que usa el chat bloqueado ahora por Italia, llegan por parte de personajes del entorno tecnológico como el propio Musk que, distanciado de su rol inicial, ha criticado mucho el devenir del proyecto y, en general, de la falta de un marco legislativo global. Sin embargo, en el país transalpino, algunos representantes del Gobierno como Matteo Salvini, ministro de Infraestructuras, critican la decisión del Garante della Privacy porque consideran que no soluciona un problema a mayor escala que afecta a otras muchas herramientas como los buscadores online.