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La que se ha liado en las redes sociales en unas horas. El miércoles, día 24 de junio, la Junta de Andalucía declaraba viable la construcción de un hotel de cuatro estrellas que se llamará Cortijo Las Chiqueras y se asentará en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Al rato, una petición en Charge.org demandaba la colaboración de la gente para frenar la obra y proteger el espacio, una joya de 29.000 hectáreas que sirvió de escenario para el rodaje de Indiana Jones. A esta hora han firmado más de 30.000 personas.
Se dice pronto. Treinta mil personas en 24 horas. Desde luego la indignación es palpable. Tanto, que “No al hotel en Genoveses” ha sido trending topic durante horas en Twitter. Aunque la Junta ha considerado que la obra será respetuosa con el medioambiente, lo cierto es que los almerienses no quieren que el Cabo de Gata se convierta “en una pequeña Benidorm” por mucho turismo que pueda atraer el establecimiento. Hoy es un hotel de 30 habitaciones, dicen, y mañana será de 50, pasado de 100…
El proyecto inicial del cortijo se presentó en 2017, pero entonces el gobierno regional no lo vio claro porque era más ambicioso, con más dormitorios y un aparcamiento para los clientes. En cambio, la Delegación Territorial en Almería no ve problema alguno en la propuesta actual. El edificio no se levantaría sobre un espacio que ocupen la vegetación o la fauna, dicen los que defienden su construcción, ni alteraría las características topográficas y el paisaje de la zona.
Con la luz verde de la Junta, el último paso para que el hotel salga adelante sería la Autorización de Reutilización de Aguas Depuradas. De conseguirla, este alojamiento de 30 habitaciones, 70 plazas de aparcamiento –que ocuparían una superficie de más de 2.500 metros cuadrados– y un gran patio con jardines pasará a formar parte de la finca El Romeral, enclave del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.
Eso, si el mosqueo de los ciudadanos no lo frena. En 2016 la misma promotora ya lo intentó y, como ahora, se recogieron firmas a través de Charge.org. Y aquella no fue la primera vez que se luchó por proteger este espacio natural.
Durante muchos años el bloque de apartamentos “Edificio de Genoveses” ocupó una zona no urbanizable de este parque, hasta que en 2016 se anunció su demolición. Luego vino El Algarrobico, que se empezó a levantar en 2003 para quedar a medias tres años después. Y ahí sigue. Greenpeace y Ecologistas en Acción, entre otras muchas organizaciones, lo han denunciado y han realizado acciones para llamar la atención como escribir con pintura negra en su fachada “hotel ilegal”.
Todo apunta a que la petición alcanzará el jueves el objetivo de las 35.000 firmas, aunque está por ver si servirá para algo.