Un estudio recogido en Cell Press Reviews analiza como afectan las horas del día a la gravedad de las aflicciones.
El cuerpo reacciona a señales tales como la luz y las hormonas para anticipar los ritmos recurrentes del sueño, el metabolismo y otros procesos fisiológicos. Tanto en humanos como en ratones, el número de glóbulos blancos también oscila de manera circadiana, lo que plantea la pregunta de si podría ser posible algún día optimizar la respuesta inmune a través de la conciencia y la utilización del reloj circadiano.
En los roedores, la cantidad de monocitos, un tipo de glóbulo blanco que combate bacterias, virus y hongos, aumenta en la sangre durante el día. Por la noche, los monocitos se elevan en el tejido cardiaco infartado, lo que resulta en una disminución de la protección cardiaca en ese momento del día en relación con la mañana.
Las infecciones parasitarias también son dependientes de la hora del día. Los ratones infectados con el parásito gastrointestinal 'Trichuris muris' en la mañana han podido matar gusanos significativamente más rápido que los roedores infectados en la noche.
Los síntomas alérgicos siguen un ritmo dependiente de la hora del día, generalmente peor entre la medianoche y la madrugada. Por lo tanto, el reloj molecular puede impulsar fisiológicamente el reclutamiento de células inmunes innatas y los resultados del asma en los seres humanos, o la inflamación de las vías respiratorias en los ratones, señala la revisión.