¿Imaginas cómo sería pisar la superficie de otro planeta? Temperaturas extremas, falta de vegetación, aire irrespirable… Pero hay un ingrediente que sí podría resultarte familiar: la lluvia. Por ello, un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard ha estudiado cómo podrían las gotas y sus características, como el tamaño, ayudarnos a descubrir si otros mundos son potencialmente habitables.
Un grupo de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard ha publicado un estudio titulado 'La física de las gotas de lluvia que caen en diversas atmósferas planetarias' en la revista 'Journal of Geophysical Research: Planets'. "Tres propiedades que caracterizan las gotas de lluvia que caen —forma de gota de lluvia, velocidad terminal y tasa de evaporación— pueden calcularse en función del tamaño de la gota de lluvia en cualquier atmósfera planetaria", enuncia la investigación.
Pero, ¿por qué interesa tanto conocer el tamaño de la gota de lluvia? "El ciclo de vida de las nubes es realmente importante cuando pensamos en la habitabilidad del planeta", ha dicho Kaitlyn Loftus, del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra y autora principal del artículo. Sin embargo, modelar por completo las nubes y las precipitaciones de otros planetas no es nada fácil, por lo que los investigadores pensaron que la solución sería empezar por modelar una sola gota de lluvia.
"La humilde gota de lluvia es un componente vital del ciclo de precipitación de todos los planetas", añade Robin Wordsworth, profesor asociado de ciencia e ingeniería ambientales en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de Harvard. Por ello, "si entendemos cómo se comportan las gotas de lluvia individuales, podremos representar mejor la lluvia en modelos climáticos complejos".
El tamaño es un indicativo de tres factores, como mencionábamos anteriormente: la forma de gota de lluvia, su velocidad y su tasa de evaporación. Si la gota es demasiado grande, se romperá debido a una tensión superficial insuficiente, da igual si es agua, metano o hierro líquido sobrecalentado (como en un exoplaneta llamado WASP-76b). Por el contrario, si es demasiado pequeña, la gota se evaporará antes de tocar la superficie, resume la revista especializada ‘Phys.org’.
Las formas de las gotas son las mismas en diferentes materiales de lluvia y dependen principalmente del peso de la gota. La velocidad a la caen, depende de su forma, de la gravedad y del grosor del aire circundante. En cambio, relata ‘Phys.org’, “la velocidad de evaporación es más complicada, influenciada por la composición atmosférica, la presión, la temperatura, la humedad relativa y más”.
Hay que tener en cuenta que solo una fracción muy pequeña de los posibles tamaños de gota en una nube puede llegar a la superficie en una amplia gama de condiciones planetarias.
"Los conocimientos que obtenemos al pensar en las gotas de lluvia y las nubes en diversos entornos son clave para comprender la habitabilidad de los exoplanetas", según Wordsworth. "A largo plazo, también pueden ayudarnos a obtener una comprensión más profunda del clima de la Tierra", concluye.