Un satélite captó hace unos días una imagen frente a la costa argentina que ha llamado la atención de los investigadores. Se trata de un área del Atlántico sur con un extraño brillo que la NASA ha bautizado ‘la fábrica de fitoplancton’ en la Bahía Grande, junto a la provincia de Santa Cruz.
Los verdes y azules vivos se arremolinan en la zona que llaman "Ricitos de Oro' desde hace semanas. No es la primera vez que ocurre, pero esta vez no han conseguido determinar, hasta el momento, exactamente qué tipo de fitoplancton lo está causando.
Ríos como el de Santa Cruz transportan nutrientes de la tierra y los llevan al océano, lo que promueve el crecimiento del fitoplancton. (El sedimento en suspensión podría estar contribuyendo con algo del color visible en estas imágenes). Otra fuente de nutrientes es el polvo de la Patagonia, que los fuertes vientos del oeste pueden llevar a la costa y dejar caer sobre la superficie del océano, explica la NASA.
Pero las floraciones de fitoplancton también son estimuladas por los complejos patrones de circulación del océano y sus abundantes frentes, donde se encuentran masas de agua separadas (con distintas temperaturas, salinidad y nutrientes).
En la confluencia Brasil-Malvinas, por ejemplo, las aguas tropicales cálidas y saladas fluyen hacia el sur y se encuentran con las aguas más frías y frescas que fluyen hacia el norte desde el Océano Austral. A lo largo de un frente, la elevación de una masa de agua menos densa puede llevar nutrientes a la superficie, donde el fitoplancton también tiene suficiente luz solar para impulsar su crecimiento.
Los científicos encontraron dinoflagelados (Prorocentrum mínimo) mientras recolectaban muestras durante una intensa floración en la primavera de 2005; las diatomeas (Chaetocceros debilis) dominaron una floración a principios del verano de 2003, recuerda la agencia espacial. Ambos grupos de fitoplancton tienden a aparecer en varios tonos de verde en las imágenes de satélite. En diciembre de 2008, los científicos también encontraron una densa floración de cocolitóforos (Emiliania huxleyi), que tienden a convertir el océano en un verde azulado calcáreo.
En esta ocasión, parece que podría ser una mezcla de varias especies. Las áreas verdes brillantes pueden ser una mezcla de dinoflagelados, diatomeas y cocolitóforos; en las zonas más azules, es probable que dominen los cocolitóforos. Los cocolitóforos pueden seguir creciendo en aguas donde se ha agotado el hierro, mientras que las diatomeas necesitan tanto silicato como hierro.
Independientemente de las especies que estuvieran floreciendo, su abundancia indica la riqueza biológica a lo largo de la plataforma continental de la Patagonia, que es el sitio de algunas de las pesquerías más ricas del mundo, concluye.