Este comienzo de mayo tendremos la última lluvia de estrellas que nos pilla confinados. Se trata de las eta acuáridas, asociadas al cometa Halley, que alcanzan su pico de actividad la noche del miércoles. ¿Quieres saber cómo verlas mejor?
Las eta acuáridas se producen entre el 19 de abril y el 28 de mayo, pero estas noches están siendo prácticamente imperceptibles. Primero, porque pasan a mucha altura y son muy rápidas, y segundo, porque no han sido muy cuantiosas hasta ahora.
Entran en la atmósfera terrestre a unos 66 kilómetros por segundo y no tardan en desintegrarse al alcanzar temperaturas altísimas. Normalmente se producen unas 40 por hora, pero este miércoles podrán ser más del doble, hasta 85.
Como decimos, su origen es el conocido cometa 1/P Halley. Este cuerpo celeste orbita alrededor del Sol cada 76 años. Fue observado en la Tierra por última vez en 1986 y no volverá a serlo hasta 2061. Es uno de los eventos astronómicos más esperados, dicho sea de paso.
Cada año, nuestro planeta atraviesa una zona de su órbita poblada por multitud de fragmentos que deja el cometa Halley a su paso, que colisionan contra la atmósfera terrestre y se deshacen por la fricción. Es decir, las estrellas fugaces que observaremos desde el balcón serán realmente meteoros desintegrándose.
A pesar de contar con un cielo despejado en casi toda España, sin apenas aviones y con mucha menos contaminación de la habitual, este año las eta acuáridas coincidirán con la luna creciente, que la noche del jueves alcanzará la fase de luna llena. Esto podrá dificultar su observación, puesto que nuestro satélite le robará protagonismo con su brillo.
No obstante, no tires la toalla, todavía podrás 'cazar' algunas si miras hacia el lugar indicado. El truco, indica el Observatorio Astronómico Nacional, será fijarse en el punto del cielo más oscuro, y el opuesto a la ubicación de la Luna. Por supuesto, evita que te estorbe un edificio o un árbol, por ejemplo. Si puedes, elige la ventana de tu casa con el mejor campo de visión. No necesitarás telescopio, tan solo paciencia para esperar a que iluminen el firmamento.