Resuelta la incógnita de por qué los adolescentes tienen un alto grado de vergüenza, mientras que las personas ancianas han perdido totalmente la inhibición.
La gente va perdiendo la vergüenza según va envejeciendo, ser cada vez menos inhibidos es un proceso normal del envejecimiento o, al menos, así lo han comprobado un equipo de investigadores de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) en un estudio publicado en la revista 'PeerJ'.
Los adultos mayores sanos suelen experimentar un deterioro cognitivo, incluyendo impedimentos en el control inhibitorio (la capacidad de dejar de pensar o hacer cosas). Sin embargo, debido a que los efectos del envejecimiento sobre el control inhibitorio son muy variables entre las personas, a veces no se distinguen de la desaceleración general relacionada con la edad.
Por ello, los expertos han desarrollado una nueva prueba, utilizando mediciones de los movimientos oculares, que proporciona un método mejorado de investigación del control inhibitorio. De hecho, en el trabajo la han usado para estudiar los efectos del envejecimiento en esta capacidad.
Concretamente, en el trabajo se reclutaron dos cohortes de personas sanas de dos grupos de edad diferentes, de 19 a 27 años y de 50 a 72 años. Los participantes observaron un punto en el centro de un ordenador y, luego, tuvieron que mirar a un segundo punto que apareció a la izquierda o a la derecha pero cuando éste desaparecía. Los movimientos oculares se midieron utilizando un rastreador infrarrojo.
Los resultados mostraron que los participantes mayores eran mucho más propensos a mirar el punto cuando apareció (y no cuando desapareció), pero eran más lentos que los participantes más jóvenes. "Esta nueva prueba nos permite medir con precisión el comportamiento inhibitorio. Está claro que a los participantes mayores les resultaba más difícil inhibir sus acciones, incluso una vez que habíamos tenido en cuenta la desaceleración general que ocurre con el envejecimiento", han zanjado los expertos.