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Las vacunas españolas contra la covid19 están a punto de empezar los ensayos clínicos, pero hace apenas una semana el investigador del CSIC, Luis Enjuanes, reactivaba las esperanzas sobre la que desarrolla su compañero, Mariano Esteban. "Es la "más adelantada" de todos los candidatos españoles y la que goza de "más posibilidades de éxito". En el Centro científico español se trabaja en cinco candidatas vacunales 'made in Spain', pero estas tres son las que están más adelantadas.
El director del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, Luis Enjuanes, se muestra realista y cree que su vacuna contra la covid con una tecnología de gran complejidad y que se está haciendo en dos formulaciones necesitará lo que queda de año para hacer ensayos pre clínicos, primero "en ratones humanizados, en hámster y en monos macacos" y ya para "el año próximo se iniciarán los ensayos clínicos. "Hasta finales del año próximo 2022 no estaremos listos para salir al mercado", avisa.
La vacuna intranasal de Enjuanes, al igual que la de Pfizer y Moderna, utiliza ARN mensajero, pero va más allá, al basarse en un replicón ARN -creado por su equipo-, que se autoamplifica, pero que no se puede propagar, lo que garantiza su seguridad, según ha explicado el científico, quien no conoce ninguna otra en el mundo que se esté haciendo de esta manera.
Esta candidata a vacuna se está trabajando con dos formas de producción y administración. La primera, “químicamente definida”, la cual da lugar a la producción de la proteína S del virus (la que usa para entrar en las células humanas) y “máximo inductor de anticuerpos neutralizantes”. Esto significa que además de generar una inmunidad esterilizante, para que las personas vacunadas no enferman, tampoco se infectan ni transmiten el virus
Sin embargo, cree que el proyecto de Mariano Esteban y Juan García Arriaza va más adelantado, como señaló Enjuanes. El profesor Esteban ya habían hecho anteriormente otras siete vacunas utilizando otras variantes del vector.
El dúo de investigadores españoles utiliza como vehículo vacunal un virus altamente atenuado de la familia de la viruela para introducir la proteína de la espícula del SARS-CoV-2, que es la que permite que el virus entre en las células. De esta forma, se logra inmunizar a las personas para que generen anticuerpos contra esa proteína.
Este prototipo ya ha mostrado una eficacia del 100% en ratones y poco tendremos que esperar para que este antídoto español reciba la autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para iniciar los ensayos clínicos.
La vacuna de Esteba podría estar disponible antes de fin de año su eficiencia basada en un virus de la familia de la viruela, llamado MVA, “muy atenuado y seguro para humanos”, ya se ha usado para otros candidatos vacunales contra ébola, zika o chikungunya.
Otra de las vacunas españolas en la que se trabaja en el CSIC y que está despuntando es la del científico español Vicente Larraga. Enjuanes no ha ahorrado elogios sobre este proyecto que promete poder fabricarse de forma muy económica por lo que se podrá administrar en cualquier parte del mundo.
"Es muy sencilla y tiene muchísimas ventajas tecnológicas. Está basada en ADN, que es estable en agua a cualquier temperatura, por lo que se podría administrar en cualquier parte del mundo. Sería muy económica de producir y a largo plazo tiene un buen futuro. Según es previsible, su precio debería ser inferior a las actuales".
El proyecto de vacuna de Vicente Larraga consiste en colocar un gen de un antígeno del SARS-CoV-2 en un vehículo sintético de ADN (un plásmido) que pueda ser introducido en el organismo del paciente e inducir la protección frente a la infección. Este proyecto se encuentra en fases preclínicas en modelos animales.
Los científicos españoles recuerdan que en el país “tenemos talento de sobra” como asegura siempre Enjuanes-, pero el “gran problema es la falta de inversión en ciencia”, que implica la falta de una red entre laboratorios y empresas que se conecten de “una forma sólida, fiable”, así como la inestabilidad laboral de buena parte del personal científico.