Una enorme bola de fuego visible en toda España sobrevuela Castilla-La Mancha y Andalucía
La roca entró en la atmósfera a 96 000 kilómetros por hora
Quedó registrado desde el Complejo Astronómico de La Hita
La roca impacó contra la atmósfera en el norte de Jaén
Una roca procedente de un asteroide ha impactado contra la atmósfera generando una enorme bola de fuego sobre Castilla-La Mancha y Andalucía. El fenómeno ha sido registrado desde el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) y ha podido ser visto desde toda España. La roca entró en la atmósfera a 96 000 kilómetros por hora.
Según ha informado el Complejo Astronómico, a las 6.21 (hora local peninsular) de la madrugada del 28 de marzo, una brillante bola de fuego cruzó los cielos de las zonas centro y sur del país. El fenómeno se produjo al entrar en la atmósfera terrestre a gran velocidad una roca procedente de un asteroide y pudo ser grabado por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo).
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Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto SMART, que se coordina desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.
También ha sido grabada por los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en los observatorios de Sierra Nevada (Granada), Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada), Sevilla y Madrid (Universidad Complutense).
De Jaén a Albacete
Este fenómeno ha sido analizado por el investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Este análisis ha permitido determinar que la roca que originó esta bola de fuego entró en la atmósfera a unos 96 000 kilómetros por hora sobre Andalucía, concretamente sobre el noreste de la provincia de Jaén.
Debido a esta elevada velocidad, el brusco rozamiento con el aire hizo que la roca se volviese incandescente a una altura de unos 82 kilómetros. Esta incandescencia fue la que generó la brillante bola de fuego, que por su gran luminosidad pudo verse desde más de 500 kilómetros de distancia. El bólido, que mostró un marcado tono verdoso, avanzó en dirección noreste y sobrevoló Castilla-La Mancha, extinguiéndose sobre el suroeste de la provincia de Albacete a una altitud de unos 29 kilómetros.