Entrar con tu identificación a través del teléfono móvil, coger el producto que quieres comprar y salir sin pasar por ninguna caja, ni siquiera automática. Esto no es el futuro, sino el presente en varias ciudades de Estados Unidos con los supermercados de Amazon controlados con inteligencia artifical.
Un ejemplo de la revolución tecnológica en la que ya estamos inmersos y que pone fecha de caducidad a la exclusividad de la labor humana en múltiples empleos y sectores.
En España, la OCDE calcula que casi el 22% de los trabajos actuales acabarán siendo realizados por robots o sistemas tecnológicos en los próximos años.
Es decir, quedaría comprometida la situación laboral de unos 4 millones de personas. Del éxito de esa reconversión depende evitar graves crisis de desempleo, con la creación de nuevos puestos de trabajo para todos adaptados a ese mundo más automatizado y con un mercado en el que se protejan los derechos laborales.